Abandonada ~ Meg Cabot

25.5.12

Edición: Molino, 2012
Páginas: 487
ISBN: 9788427201873

Pierce conoce el más allá. Ha estado allí antes.
Por mucho que intente recuperar su vida de antes del accidente, alguien la retiene. Cuando cambia de ciudad y empieza a ir a un nuevo colegio, siente que por fin podrá dar un giro a su vida y quizá deje de sentir miedo.
Pero de nuevo resulta imposible. Él la encuentra y la necesita de vuelta. Pierce sabe que él no es precisamente su ángel de la guarda y que no ha venido directamente del paraíso, sino de un lugar mucho más sombrío. Escapar es imposible, sobre todo porque él aparece cuando ella menos lo espera... y también cuando más lo necesita. El más mínimo titubeo la puede conducir irremediablemente hacia donde más teme: el inframundo.

Sobre la autora

Meg Cabot (1816-1855) es autora de numerosas series y novelas tanto para adultos como para adolescentes. Con El diario de la princesa, publicado en más de treinta y ocho países y adaptado a la gran pantalla por Disney, superó los dieciséis millones de ejemplares vendidos. Desde entonces, Meg ha escrito otras novelas juveniles que han cosechado un gran éxito. además, de vez en cuando firma con pseudónimo novelas históricas románticas. Con Abandonada ha iniciado una nueva trilogía, cuya segunda parte se titulará Inframundo.
Meg vive actualmente en Key West con su marido y sus dos gatos.


Cuando leí los dos primeros capítulos de esta novela ―en el blog de Juvenil Romántica, si la memoria no me falla―, me parecieron un excelente punto de partida. Me convencí de darle una oportunidad en cuanto pudiera. Pero tanta expectativa puede resultar vana. A veces, lo único que conseguimos es una decepción brutal.

Comentario personal

Pierce Oliviera estuvo muerta una vez. Fue a parar al Inframundo, y tuvo que lanzarle una taza de té caliente al Guardián de los muertos para poder escapar y regresar a la vida. Desde entonces, todo ha ido de mal en peor, incluso después de haberse mudado a Isla Huesos. Sobre todo porque él aparece  de la nada en los momentos más "inoportunos".

Ésta es una premisa bastante acertada del libro. El asunto es que yo esperaba un poquito más de acción ―digámoslo así― y no tanto flashback mal organizado. Por supuesto, son necesarios para entender cómo Pierce conoció al Señor del Inframundo, y por qué tiene tantos problemas debido a ese encuentro. Sin embargo, siento que la autora no supo plantearlos de una buena forma. En algunos momentos acababa perdiéndome, y debía retroceder para comprender qué párrafos pertenecían a esa línea temporal y cuáles no.

La protagonista, se me ha antojado un tanto repetitiva. El discursillo de “quiero tener una vida normal” hastía, pues bastante tiempo ha tenido para ajustarse a las circunstancias (por más que me digan que es un problema neuronal, blablablá). Mucho idealismo, y cero actitud.

Nuestro Hades moderno, John Hayden, aparece tan poquito que no he alcanzado a calarle. Aunque sí lo encuentro un personaje más consecuente y arriesgado que Pierce, y por eso gana varios puntos. Su pasado misterioso y el por qué elige a Pierce sobre todas es lo que me ha enganchado. Espero que Cabot consiga darle su lugar en Inframundo, la continuación de la trilogía.

Los padres de Pierce son niños jugando a ser adultos. Quería tirarme de los pelos cada vez que el padre tenía una intervención. Tenemos a otros familiares, como el primo, Alex Cabrero, el tío Chris, y la abuela. De ellos, el tío Chris es el que más me ha gustado, pues tiene un pasado bastante turbio. Creo que podría dar mucho de sí en los siguientes libros.

En el nuevo instituto de Pierce tenemos a Kayla, y a una pandilla de Ases que poco y nada aportarán a la trama, porque, como ya dije, son los flashbacks los que predominan en esta primera parte. Espero con ansias que en las próximas entregas Cabot se ancle más al presente del argumento.

Algunos enigmas los descifré desde el principio, en otros, la autora supo sorprenderme. Bien por ella. Sin embargo, el ritmo es demasiado variable. Creo que faltó definir con mayor precisión esos puntos álgidos que hilan el argumento. El desenlace consiguió atraerme, lo malo es que se le dedican no más de 30 páginas, y luego, ¡plaf! Se acabó. Justo cuando empezaba a gustarme...

La ambientación está floja. Se echan de menos unas descripciones más trabajadas, sobre todo esas que acompañan al desconcierto y a la angustia de Pierce. Si se hubiera hecho un trabajo más completo, la protagonista tendría más peso y, sin necesidad de identificarnos con ella, la habríamos comprendido y apoyado.

Conclusión

Una lectura de un par de horas, sólo para pasar el rato sumergiéndose en un sinfín de flashbacks. Con personajes planos, pero aprovechables. Con ritmo soso, pero mejorable.

Puede superarse si Meg Cabot consigue pulir los puntos flojos. Sólo por eso ―la esperanza de ver los arreglos― le daré la oportunidad a la segunda parte. Ah, y porque la portada de Inframundo me parece preciosa.

Valoración: 4/10

Jane Eyre ~ Charlotte Brönte

18.5.12

Edición: Debolsillo, 2010
Páginas: 580
ISBN: 9788499085968

Jane Eyre supuso todo un fenómeno en su época, además de un escándalo y una revolución. Jane es una niña huérfana que se ha educado en un orfanato miserable, sin embargo su inteligencia y su afán por aprender consiguen apartarla del mundo de su infancia. Mientras trabaja como institutriz Jane se enamora del padre de su pupila, Edward Rochester, pero el amor por Edward se verá enturbiado al descubrir que su mujer, demente, vive todavía encerrada en una habitación de la casa.

Sobre la autora

Charlotte Brönte (1816-1855) es la mayor del trío de hermanas más famoso de la historia de las letras universales. Bajo el seudónimo de Currer Bell, en 1847 publicó Jane Eyre, la novela que la convirtió en una de las escritoras más importantes del siglo XIX.


Las hermanas Brönte (Charlotte, Emily y Anne) son ampliamente conocidas, igual que su coterránea, Jane Austen. Todas comparten el haber escrito novelas ambientadas durante la regencia inglesa.

Sin embargo, sus escrituras son muy dispares entre sí. Habiendo leído a Emily primero, también puedo comprobar la calidad de sus prosas, y por qué ciertos críticos anuncian a ésta como la mejor novelista de las hermanas Brönte, a pesar de que Charlotte también tiene muchos adherentes. Espero poder leer pronto Agnes Grey de Anne Brönte, y así hacer un juicio más completo e imparcial.

Comentario personal

Por algún motivo que no me atrevo a definir, Jane Eyre fue una lectura terriblemente tediosa, al menos durante dos tercios de sus páginas. Debo admitir que el carácter de la protagonista me puso en su contra en muchas situaciones, hasta que acabé despreciándola.

Jane Eyre se presenta a sí misma como un ser oscuro, patético y sin derecho a la vida. Ese derrotismo, resultado de su infancia gris, acaba dejando una honda marca en la psique de Jane. Por ello, en algunos momentos, cuando deseaba que alzara la voz y replicara, aun en su fuero interno, las rígidas maneras en que fue educada acallaban cualquier grito de su alma. No obstante, a pesar de mi reticencia a aceptarla y quererla como personaje, guarda cierto encanto relacionado en su mayoría con su juventud y su desconocimiento de la vida en sociedad.

Aunque no todo son abucheos para la pobre Jane. Debo ser sincera al manifestar que un gran descubrimiento (el mismo que Debolsillo soltó a bocajarro en la sinopsis) consigue que Jane salga de ese aletargamiento y tome decisiones que cambiarán completamente el curso de los acontecimientos. Su firmeza de carácter y la bondad sin límites hacia sus seres amados son atributos que compensan su derrotismo.

Edward Rochester, el terrateniente dueño de Thornfield que ha contratado a Jane como institutriz de su protegida, es un personaje complejo, que fluctúa entre la diversión, la rabia y la resignación. Esos contrastes tan marcados me embrujaron por completo, y me mantuvieron en vilo hasta las últimas páginas. La capacidad de comprender a Jane a pesar de la diferencia de edad entre ambos (casi toda una generación) es casi increíble. Pero, debido a las circunstancias de la vida, Rochester ha sufrido más que la mismísima Jane, por lo que puede hacer gala de ciertas frases llenas de sabiduría que cimentarán el camino al entendimiento entre ambos. Como defecto puedo decir que ciertas “maneras” de conseguir lo que desea no son demasiado éticas, mas es lo que le da esa picardía al personaje, haciéndolo más querible.

Otros personajes son Adele, la protegida de Rochester y alumna de Jane, una pequeña francesa capaz de desesperar con su frivolidad hasta al lector, pero que acaba siendo ese respiro necesario dentro de tanto drama. También tenemos a la señora Fairfax, pariente lejana de Rochester y ama de llaves de Thornfield, quien no escatima consejos para la joven institutriz.

Tal vez, debido a mi inicial antipatía hacia Jane, la narración y el ritmo me resultaron lentos. Encuentro pasajes insoportablemente largos, y párrafos deliciosos demasiado escasos. La descripción de los páramos, por otro lado, es preciosa. Contraponiéndose a las campiñas de las novelas histórico-románticas de la época victoriana, por dar un ejemplo, los llanos, colinas y paisajes en general de Jane Eyre acompañan perfectamente el temple de los personajes y de la historia, lo que es un bonus para la lectura.

Conclusión

Tengo sentimientos encontrados al evaluar esta lectura. A veces detestaba a Jane y adoraba a Rochester, otras entendía a la perfección a la joven y reprochaba al amo y señor.

Los preceptos feministas sobre valorar a la mujer, que eran tan obvios para mí y tan difíciles de alcanzar para la protagonista, son presentados de formas sutiles pero claras y eso consigue que la novela cree consciencia sobre la situación de las mujeres en el pasado, y qué y cómo ha cambiado en el presente.

En definitiva, un libro recomendado para los amantes de los clásicos y para los que deseen conocer un amor prohibido entre una institutriz y su señor, enmarcado por las diferencias sociales y los obstáculos de la vida.

Valoración: 7/10


Descifrando...

17.5.12


Después de mucho meditarlo, de conversar horas y horas con la almohada, me animé a escribir un blog. "Pero, ¿de qué?", me dije. Bueno, esa decisión era más sencilla que la primera.

Desde que aprendí a leer no he parado. Es una adicción. Sí, ya sé que hay muchas personas más adictas que yo, sin embargo, es fundamental para mí dar a conocer las impresiones que me produce un buen o un mal libro. Después de todo, leer es un placer, y es increíblemente agradable compartirlo con otros.

Así que bienvenidos. También procuro darme la bienvenida a mí misma, por cierto.