Misteriomanías #1: Leer o leer

4.1.13


¡Sección nueva! Misteriomanías será donde analicemos aquellos atributos que definen a un lector, y que poco a poco lo convierten en un ente distinto del resto de los mortales. Espero que disfruten estos artículos, y se atrevan a dar su opinión o a reírse de ellos.

El banner hace referencia a Poirot, el detective estrella de la tía Agatha, quien tenía manías muy peculiares a la hora de descifrar sus casos.

Quizá me ayude a resolver las misteriomanías lectoras...

Y ahora, conozcamos el primer tópico a tratar:

Leer o leer: he ahí el dilema.


Es una verdad universalmente reconocida que un lector coge manías a la hora de leer.

¿Ein? ¿Será cierto? Pues bueno, ya cuando aprendemos a leer empezamos a ponernos maníacos, hay que decirlo. Algunos, por ejemplo, le cogen manía a la lectura (¡pobres diablos!) y deciden: 

1. No leer jamás: tal vez por algún trauma, o porque la profesora le golpeó la mano con una regla cuando rayaba afanosamente el libro, hay personas que encajan en esta categoría. Lamentablemente, se pierden cientos de mundos fantásticos, aunque compensan viendo televisión y películas como condenados.

2. Leer esporádicamente: leen porque, o necesitan leer, o los obligan, o porque les dio la reverenda gana. Estos lectores sufren un pelín, porque las letras igual se les resisten.

3. Leer de forma constante: habiendo descubierto la lectura, estos personajes se culturizan de forma regular, ya sea con no ficción, o con las historias de la tía Agatha.

4. Leer siempre: cogieron un libro y no pudieron soltarlo jamás. Usualmente ven libros y no pueden evitar mirarlos con ojos de cordero degollado, deseando sumergirse en sus páginas. Reclaman cuando alguien interrumpe su lectura, discuten con los personajes, critican portadas, aman/odian a los autores, etcétera, etcétera.


Habiendo definido ciertos parámetros de estudio, en esta ocasión nos remitiremos a los dos últimos grupos, a los que probablemente pertenecen las personas que visitan este humilde blog.

E iremos respondiendo a unas simples preguntas que tal vez nos ayuden a aclarar el tema. (O tal vez no…)
  • ¿Qué leer?
Escoger una lectura resulta a veces una odisea para estos osados individuos. En primer lugar, los asaltan deseos de leer absolutamente todo, y al mismo tiempo, pero cuando se dan cuenta que esto es humanamente imposible, deciden elegir. Y allí empiezan los problemas. 

Una portada dice mucho, así que a veces, los lectores se hallarán en la disyuntiva de dejarse seducir por una imagen (bonita o fea, eso depende de la editorial) y arriesgarse. Es común encontrar chascos utilizando este método. 

Por lo que los lectores que ya hayan vivido esta experiencia, serán más cuidadosos, y leerán la sinopsis. Sin embargo, acá también podemos encontrar chascos. No es lo suficientemente atractiva, no es clara, consiste en opiniones que importan un rábano… 

En consecuencia, puede que recurran al método estándar: buscar la reseña en un blog. Y allí se les acaban las ganas. Porque, o ponen el libro por las nubes, o los hacen picadillo (esto se me hace familiar…).

Con suerte, ahora el lector tendrá algo de sangre en el cuerpo y: correrá a comprar el libro, o empezará la caza del tesoro de nuevo.
  • ¿Cómo leer? 
Esta pregunta puede tener múltiples interpretaciones, y de esto se infiere que leer es… complejo.

Podemos leer de pie, sentados, acostados, de revés. 

Podemos leer enojados, felices, tristes, mañosos, histéricos.

Podemos leer sólo las páginas pares, sólo las impares, de atrás hacia adelante, de adelante hacia atrás, de forma vertical, de forma horizontal, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha…

Así que ya ven. Nunca se aburrirán. 
  • ¿Cuándo leer?
Siempre es el tiempo de leer.

Otra verdad universal (una perla de la sabiduría, ¡nada menos!). Porque leer puede ser considerado un hábito o un capricho, pero eso no evita que tal vez desayunemos una novela sentimental, que almorcemos una suculenta saga familiar, y que cenemos una novela negra escalofriante. 

El lector al que alude la verdad universal enunciada al principio poco se preocupa por tiempo, espacio, gentes o mundos. Leerá cuando deba hacerlo. Pues sí. A veces, leer es un deber. Uno grato, sobre todo cuando el argumento es fantástico, la historia redonda, los personajes subyugantes, y el autor promete mucho más. El lector tipo 3 (el constante), hará huecos en su agenda diaria para leer, y aprovechará cada minuto. Sin embargo, el lector tipo 4 hará huecos en su agenda lectora para vivir, comer, ir al tocador, dormir, etc. Un buen lector tipo 4 siempre será capaz de sacrificar sagradas horas de sueño para acabar ese libro distópico y saber si la chica escoge al chico rubio o al moreno. No por nada es un lector tipo 4…
  • ¿Por qué leer?
Hay múltiples razones. Pero tenemos la principal: es una verdad universalmente reconocida que un lector lee porque sí.

Si esta razón no es suficiente, acá tienen 33 motivos más. (Que nunca nos quedaremos cortos, ¿eh?). 


4 comentarios:

  1. Anónimo5/1/13, 0:02

    "Un ente distinto del resto de los mortales".

    Qué mejor frase describe lo que somos!

    Quizás es una forma sutil de decirnos "Los bichos raros", pero si es así: Bicho, a mucha honra!

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  2. soy un "tipo 4" jajaja y a mucha honra! Muy buen articulo =)

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  3. Hola Barbara, me ha encantado tus artículos he leído los tres y tu blog también!! Yo soy una lectora tipo 4 también!! Me quedo por aquí!! Muy xulo!! Saludos y besos!! :)

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    1. Bienvenida. Qué bueno que te hayan gustado. Hay muchos temas más por comentar ;)

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