Esmeralda ~ Kerstin Gier

Título original: Smaragdgrün

Serie: El amor más allá del tiempo #3 (de 3)

Editorial: Montena, 2011

Páginas: 496

ISBN: 9788484417538

Precedido por: Zafiro (reseña aquí)

¿Qué se puede hacen cuando te han roto el corazón? Sin duda, la mejor terapia consiste en telefonear a tu mejor amiga, comer chocolate y hundirte durante semanas en la autocompasión. Lo malo es que la última viajera del tiempo, Gwendolyn, tiene que emplear sus energías en cosas muy distintas; por ejemplo, sobrevivir. Porque los hilos que ha tejido el turbio conde de Saint Germain en el pasado se tensan ya para urdir una peligrosa red también en el presente. Con el objetivo de desvelar las intenciones secretas del Conde, Gwendolyn y Gideon ―olvidando por un momento sus penas de amor― no solo deben bailar un minué en una esplendorosa fiesta en el siglo XVIII, sino también lanzarse a vivir increíbles aventuras que les llevarán más allá de las fronteras del tiempo...

Kerstin Gier pone en escena la grandiosa aventura de Gideon y Gwen: un torbellino de sentimientos que arrastra a los protagonistas a través de los siglos. 

Sobre la autora

Kerstin Gier, alemana, posee una variada obra en su lengua, la mayoría dedicada a los jóvenes. Los únicos títulos que hallamos en nuestro idioma son la trilogía El amor más allá del tiempo, En realidad se miente mucho más y Perdida con las mates, loca por tus besos.

Comentario personal

[Esta reseña pudiera contener spoilers de Zafiro. Si no lo leíste... piénsalo bien antes de continuar].

El libro empieza con Gwen llorando a mares porque Gideon le arrancó un mordisco a su corazón de mazapán. El final de Zafiro daba pie para una escena así, la esperaba, pero lo que resultó imprevisible fueron mis carcajadas. Y es que Kerstin Gier sí sabe cómo ironizar sobre la juventud, sobre ese primer amor al que creemos querer por sobre nuestra vida, para luego caer de bruces a la realidad. La autora demuestra un magistral conocimiento de la adolescencia, así que ¡bravo!, muy bien logrado el comienzo de Esmeralda.

Gwen, nuestra simpática protagonista con el chiste en la punta de la lengua, no tarda en recomponerse y poner manos a la obra. Porque con la gran verdad que le soltó Gideon, ahora menos que nunca se dejará manipular… si bien pondrá ojos de borrego en una que otra ocasión.

Gideon, por otro lado, es un maestro. No diré más, porque sí que supo impresionarme. En Zafiro se nos presentó a Raphael, su hermano menor; acá tiene más protagonismo, sobre todo porque persigue a Leslie con tesón. Qué chiquillo tan decidido. También conocemos un lado de Charlotte nunca antes visto. NUNCA. Quedé con una cara de tonta durante cinco minutos por lo menos (nadie me vio, por suerte).

En Esmeralda, como ya estábamos habituados, vamos dando saltos entre el presente y el pasado, pero gracias a Lucas, el abuelo de Gwen, hay un gran cambio en lo que respecta a la ignorancia del Rubí sobre aspectos relacionados con los viajes. Me ha gustado la dinámica entre ambos, y el valor que ha demostrado nuestra protagonista página a página, a pesar de sus miedos.

Tampoco puedo dejar de lado a los Montrose y a Xemerius, que me arrancaban una carcajada cada tres segundos. El daimon gárgola es un protagonista indiscutido, y es que sus frases son para enmarcarlas. Podemos confiar en que relajará hasta la más dramática de las escenas.

Por otro lado, los Vigilantes siguen siendo esos personajes llenos de misterios e intrigas. Destaca el pelirrojo Marley, pero no por sus cualidades sino por sus defectos, y Mister George, el más benévolo de todos.

En el cierre de esta trilogía observamos con satisfacción cómo todo lo que Gier nos había contado va cuadrando con una precisión casi matemática. Hay continuos ‘¡ahora comprendo!’ y ‘¡conque eso era!’. Nada se escapa. Si prestamos atención, la historia queda cerrada casi en su totalidad.

‘Casi’, porque si hay una queja es acerca del final. Eh, que no todo podía ser perfecto. El desenlace ocurre en un par de páginas, veloz y casi sin explicaciones, así que cerramos el libro con una sensación bastante peculiar. La autora se limita a enseñarnos quien es el culpable de todas las argucias ―quedé de piedra―, sin embargo, no sabemos qué consecuencias habrá. Sólo podemos hacer suposiciones e imaginar. Tampoco niego que hay unos detallitos que rebajan el nivel. Creo que si la autora hubiera explicado más y asombrado menos, tendríamos un libro hecho y derecho.

Aunque no es una sorpresa: Kerstin Gier nos lleva de carrerita en todos los libros. Fácilmente esta trilogía puede ser agrupada en un solo libro, por su agilidad narrativa, por el espacio temporal en el que se desarrolla (no pasan más de tres semanas, especulo) y por la fluidez de los diálogos.

Por último, debo comentar que la jugarreta de Montena de cambiar las portadas me parece una estupidez. ¡Todas son diferentes! Envidio un montón las catalanas, iguales a las originales. Ya despotricaré como se debe en un ‘Bajo la lupa’.

Conclusión

Esmeralda es un digno desenlace para una historia fresca y graciosa, novedosa dentro de lo que cabe, con una protagonista que deja por el suelo a tantas otras, y un daimon que ojalá existiera en la vida real para tenerlo de mascota.

Gier nos ha contado la vida de Gwen para reírla, llorarla y añorarla. Concluyo esta trilogía con una gran sonrisa, y la recomiendo ampliamente, sobre todo a aquellos que deseen pasar una tarde entretenida, llena de risas y comentarios absurdos.

Valoración: 8/10