El temor de un hombre sabio ~ Patrick Rothfuss

The Wise Man's Fear
Crónica del Asesino de Reyes #2 (de 3)
Plaza & Janés • 2013
1197p
ISBN 9788401352331
El nombre del viento • El temor de un hombre sabio • Las puertas de piedra

«Todo hombre sabio teme tres cosas:

la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable.»

Amanece en la posada Roca de Guía. Es el segundo día, y un hombre se dispone a proseguir el relato de su vida. Su verdadera historia, la que únicamente él conoce, alejada de la leyenda que le han forjado los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que han acabado convirtiéndole en un personaje mítico: Kvothe... músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino.

Comentario personal

ADVERTENCIA: Esta reseña contiene spoilers.
Son absolutamente necesarios. Lea bajo su propio riesgo.

Casi mil doscientas páginas de Pat y Kvothe prometían una lectura épica. Después de todo, ‘El nombre del viento’ es una de mis mejores lecturas de este 2014, y estaba expectante por leer su continuación. Sin embargo, Nina (del blog Rapsodia Literaria) me hizo una advertencia y, lamentablemente, tenía razón. ‘El temor del hombre sabio’ tiene un defecto, digamos, gravísimo: le sobran páginas. Muchas páginas.

Pero vayamos por partes. En primer lugar, tenemos bastantes páginas iniciales dedicadas a la Universidad y las aventuras de Kvothe a la vez que intenta superar sus desavenencias con Ambrose. Ambos temas saturan en algún momento, ya que en el primer libro le dedicamos varias hojas a eso, y siento que la historia se estanca un poco (si va a ese ritmo, significa que el último libro tendrá unas 4000 páginas para relatarnos la historia de Kvothe post-universidad, olé).

Lo que me ha gustado es que Rothfuss, hacia la mitad, ha decidido enviar a Kvothe de vacaciones así que tenemos un cambio de escenario. En primer lugar, nos detendremos en Vintas, donde Kvothe tendrá que demostrar sus conocimientos sin llamar la atención a la vez que cumple una tarea para nada adecuada considerando su ignorancia en ciertos temas. Luego nos vamos de caza con el pelirrojo y un grupo de mercenarios, donde leeremos una de las escenas más grotescas y geniales de la novela.

Y después viene el soponcio. El arco de Felurian. Vaya manera de rodar los ojos. Lo leí relativamente rápido, pero se me hizo cuesta arriba por lo inverosímil que resulta. Que Kvothe pasara de ser un jovenzuelo virginal a un as del sexo, y que olvidara así como así a su amada Denna por culpa del deseo no fue muy fácil de digerir. Además, nuestro travieso Kvothe pronuncia unas frases para enmarcar que definitivamente no vale la pena repetir. Luego, entre los Adem y otros asuntos menores, volvemos a la Universidad, con un Kvothe un poquito más iluminado y menos soberbio.

Kote abrió la boca y volvió a cerrarla. Se quedó pensativo el tiempo que tardó en inspirar y expirar lentamente, y luego, como si escogiera sus palabras con mucho cuidado, preguntó:
―¿Sabes quién es Kvothe, Aaron?

Al igual que en el primer libro, Pat va intercalando los interludios, aquellos cortísimos capítulos que son como un soplo de aire fresco. Es impresionante ver ese contraste tan marcado entre Kvothe y el posadero Kote. Tal vez porque deseo saber cómo fue que el legendario Kvothe se convirtió en un don nadie es que anhelo una narración más acelerada, o interludios más extensos.

Acá se nota que mucha de la fama de legendario es sólo una serie de malentendidos y superstición de la gente. La fama de Kvothe es más su osadía, bravuconería, valentía y orgullo. Y lo buen mentiroso que es.

No comenté nada sobre Denna en la reseña del primer libro porque es un personaje que juega al misterio, y en este segundo libro sigue así. A mí me resultaba bastante indiferente, pero cuando otro personaje le cuenta a Kvothe unas cuantas verdades sobre ella, la verdad es que se me atragantó y ahora no la soporto demasiado. Sobre todo por otras pistas que arroja el autor, y que sencillamente hacen que sea un personaje estereotipado en exceso. Nos la pintan como alguien inteligente, pero yo la veo bastante boba ya no que sabe aprovechar las oportunidades que realmente valen la pena (como que Kvothe le ofreciera ayuda con el maer en vez de quedarse con Maese Fresno. Siendo tan inteligente como es, debería haber aceptado la ayuda de Kvothe, quien ha demostrado que es alguien en quien se puede confiar. Pero no, pretende seguir su propio camino. Hasta nuestro protagonista, orgulloso y porfiado, ha aceptado ayuda de sus amigos, de Auri, de Felurian, de Abenby, etc.).

Hay cosas cotidianas que se alargan innecesariamente (esto me recuerda a algunos libros de Austen). Eso no quiere decir que sea aburrido, para nada; pero sí que a veces estamos leyendo sobre un mismo tópico durante 100 páginas y uno quiere saber algo más. Quiere avanzar. Quiere acercase más al posadero Kote.

Por supuesto, siempre es una delicia leer a Pat. Hace magia con palabras, y consigue que nos sumerjamos en todo con interés y expectación. Sin embargo, cuando centenares de páginas sólo dan vueltas en lo mismo y no consiguen aclarar misterios, es que algo no marcha bien. Para colmo, se plantean nuevos (como que ahora Kvothe también necesita información sobre los Amyr para saber, a su vez, sobre los Chandrian), y eso no me parece adecuado. ¿Que en el último libro se aclarará todo? Calculemos y sumémosle páginas. No serán 4000, sino 5000. Lo doy firmado.

Ahora bien, olvidaré mis quejas porque esta novela tiene puntos fuertes. (No todo podía ser malo).

Kvothe sigue siendo un protagonista formidable. A pesar de que cometa errores y a veces peque de soberbio, hay un aire infantil e inocente en él que consigue nuestra complicidad. Aunque en ocasiones igual quería golpearlo. Nos acercamos a él de manera sencilla: él nos cuentra su verdad, que no tiene nada que ver con las historias. Contrasta el héroe de las leyendas con el héroe real. Saltamos de comprenderlo a odiarlo, a amarlo, a consolarlo... No puedo negar que Kvothe es un protagonista con todas las de la ley, y que Pat ha hecho un excelente trabajo en ese aspecto, creando a un personaje muy real y complejo.

Sí, mi laúd tenía defectos, pero ¿qué importa eso cuando se trata de asuntos del corazón? Amamos lo que amamos. La razón no entra en juego.

La presencia de canciones y leyendas enriquece el mundo de Kvothe de forma espectacular. Creo que este trasfondo es una de las mejores cosas de la trilogía, sobre todo porque tampoco es literal. Pat nos cuenta a través del protagonista mitos como los que existen en nuestro mundo, la mayoría de las veces en el momento preciso.

No obstante, esos puntos fuertes son superados por dos personajes. Dos formidables personajes. No olvido a Auri y a Elodín, pero es que… vamos, estos dos son LOS PERSONAJES.

El primero, Devi. Ella sí es la reina del misterio, no Denna. Si Pat quería introducir un romance, debió ser uno entre Devi y Kvothe. Yo hubiera estado encantada. Porque Denna no llega ni a los talones a Devi. En ‘El temor…’ conocemos un poco más sobre la prestamista, pero con cuentagotas. Sin embargo, la manera en que Pat la presenta consigue que atisbemos la verdad detrás de su actitud, y aun así conserve sus secretos. Punto para el autor.

Y el segundo punto fuerte: Bast. Mi ídolo. Morí de amor con todas sus escenas, y la última casi me infartó porque no tengo idea qué significará (aunque tengo mis teorías). Qué ganas de saber cómo fue que se conocieron Kvothe y Bast. Ojalá Pat Rothfuss, en algún momento, nos regale una novella de este personaje, así como hizo con Auri.

Conclusión

'El temor de un hombre sabio' me dejó con gusto a poco, a pesar de sus 1200 páginas. Le sobran demasiadas, y hay bastante relleno. El crecimiento de Kvothe se estanca, y nos acercamos demasiado lento hacia el posadero Kote. Para colmo, el autor nos llena de preguntas y no suelta respuestas, augurando un tocho de proporciones infinitas para el final de la trilogía. ¿Quiénes salvan esta novela del absoluto desastre? Devi y Bast.

PD: Nina, discúlpame, pero debía robarte la imagen de Kvothe y Bast. Mis feels <3

Sobre el autor

Patrick Rothfuss vive en Wisconsin y es profesor adjunto de lengua y literatura inglesa en la universidad. El nombre del viento, su primera novela, se ha convertido en el debut más elogiado de la última década. Se ha traducido a veintiséis lenguas. Ganó el premio Quill al mejor libro de literatura fantástica. Amazon.com, la mayor librería online del mundo, lo seleccionó entre sus diez «joyas ocultas» de 2007 y le dedicó una reseña entusiasta. Por su maestría como narrador y la originalidad de su historia, la crítica ha equiparado a Rothfuss con grandes escritores como J.R.R. Tolkien, Ursula K. Le Guin y George R.R. Martin. Lectores de todas las edades, aficionados o no a la literatura fantástica, recomiendan con entusiasmo esta novela, destinada a convertirse en un clásico.

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