Continúo poniéndome al día con el club Dear Classics. Si leyeron la entrada anterior, o si me siguen en Instagram, sabrán que estamos con el ciclo Hermanas Brontë, esto es, leyendo toda la obra en español de estas Charlotte, Emily y Anne. En esta ocasión les traigo la reseña de uno de los libros de esta última autora, la menos reconocida pero no por ello menos importante.
A continuación, mi comentario de Agnes Grey. Cuidado que va con spoilers porque así es el club.
Comentario personal
Había tenido la oportunidad de leer Agnes Grey hace bastante tiempo (allá por 2012, de hecho encuentran mi reseña publicada en el blog aquí), y mi memoria me decía que era un libro quizá no sobresaliente, pero sí entretenido y breve, ideal para el club, sobre todo después de haber leído Jane Eyre, mucho más denso y dramático.Sin embargo, mis recuerdos de él me jugaron en contra: me parecía un libro más sólido, con más fuerza. Agnes Grey es una historia grata de leer, pues, como ya indiqué, su extensión resulta más cómoda para el lector, y por momentos tiene un tono de comedia que facilita su comprensión. Sin embargo, resulta un tanto insípido en comparación con otros libros de las hermanas (por ejemplo, Jane Eyre, o ni hablar de Cumbres Borrascosas, que he leído en otras ocasiones y que utilizo para medir algunas lecturas), por lo que se avanza con poco ánimo y resulta complejo interesarse mucho por las desgracias de su protagonista.
Creo entender el ejercicio que Anne Brontë tenía en mente con este libro: explora la figura de la institutriz en una época donde el trabajo para una mujer joven, de buena familia, era algo dificultoso, y analiza el rol que esto conlleva. La institutriz era una figura casi fantasmal, que se fundía con las paredes, un adorno del que sus patrones podían disponer. Su poder, su autoridad, sólo era algo simulado, y eso Anne Brontë lo refleja claramente en su libro a través de Agnes quien, lamentablemente, debido a su desconocimiento del mundo, su inocencia y su poca preparación (debido a lo mimada y protegida que había sido por su familia) no la pasa nada de bien educando a los hijos de familias supuestamente educadas. Es a raíz de situaciones descabelladas, y a veces incluso espantosas, que se gana nuestro afecto y comprensión.
Sin embargo, mi crítica es que el relato nos condiciona a pensar y sentir así, por lo que Agnes, sin ello, es una protagonista más bien del montón. Lo notamos especialmente cuando presenciamos el florecimiento de una relación con otro personaje.
En general, siento que esta novela no pasa de ser una anécdota, casi una reseña histórica que poco hace por ganarse al lector. Quizá sea eso lo positivo, el fuerte realismo y la caracterización que realiza de una mujer que debe ganarse el sustento; no obstante, habiendo leído Jane Eyre inmediatamente antes, la comparación no sienta bien, y el libro de Anne pierde puntos con respecto al de su hermana.
Nota: No visualizamos adaptaciones ya que no logramos encontrar ninguna. Se tendrá que solucionar esto algún día, ¿no?
Agnes Grey es el retrato de una joven institutriz que se enfrenta a vicisitudes en un mundo que la considera poco más que una mota de polvo. Recomendable para todo fan de las hermanas Brontë, sin embargo, no le pidas demasiado, pues su planteamiento es más bien acotado y conciso.