Autoconclusivo
Roca · 2015
288 páginas
ISBN 9788499189185
Estamos en 1947. Sherlock Holmes se retiró de su labor como investigador hace ya mucho tiempo y ahora es un anciano de noventa y tres años. Vive en una granja remota, en Sussex, con su ama de llaves y el joven hijo de esta. Cada día atiende a sus abejas, escribe en su diario y se da cuenta de que va perdiendo facultades. Aunque siguen proponiéndole que investigue algunos extraños casos, él está tan alejado de esa vida que no quiere ni escucharlos. Se ha convertido en un hombre gruñón y encerrado en los recuerdos.
A través de esos recuerdos llega a un momento de su vida en que tiene que plantearse preguntas que, tal vez, ni él mismo sabía que tenía que resolver, y reflexionará sobre la vida, el amor, los límites de las habilidades mentales y sobre la muerte: la suya propia y la de aquellos que le rodean.
Mr. Holmes es una recreación excepcional de los últimos años del detective más conocido del mundo y una novela arrolladora sobre los misterios de las relaciones humanas.
Comentario personal
Como fan de Sherlock Holmes (al menos de sus aventuras escritas), me lancé de cabeza a leer ‘Mr. Holmes’, un libro que nos presenta la vejez del afamado detective según el autor Mitch Cullin. Teniendo en consideración los antecedentes, empecé a leer sin ninguna expectativa ni prejuicio. Lo único que no pude apartar de mi mente fue que, en teoría, debía leer sobre la vejez de Sherlock Holmes. Sin embargo, al avanzar las páginas, no logré encontrar a mi querido detective.Sí, sí, siempre supe que Mitch Cullin no es Conan Doyle, y que este Holmes no es el original. Aun así, esperaba algo más. Esperaba que el Holmes anciano fuera un eco del joven, lo que, a mi parecer, no ocurre en este libro.
Ocurre que Cullin desarrolla su novela en tres arcos. El primero —y principal— es Holmes, ya entrado en años y con problemas de memoria, quien vive en una casita de campo y dedica parte de su tiempo al cuidado de sus abejas y a sostener conversaciones con Roger, el hijo de su ama de llaves, la señora Munro. El segundo es un flashback de un viaje reciente de Holmes a Japón, invitado por el señor Umezaki, cuyos motivos iniciales tienen que ver con el interés del viejo detective por las abejas, la jalea real y sus beneficios. El tercero es una historia escrita por Holmes sobre un caso cuando era joven, y su reticente admiración hacia la protagonista del mismo, la señora Keller.
Dicha división está bien: agiliza la novela, pues de otro modo, contando solo con el arco principal, la lectura resultaría aburrida en extremo. Sin embargo, mi gran problema con los arcos son sus temáticas y la caracterización de los personajes.
El principal está bien, es el más conseguido. El Holmes anciano es convincente; su miedo al olvido, a perder sus recuerdos y convertirse en una sombra de sí mismo es creíble. Es el que mejor refleja al “original”, al Holmes de Conan Doyle, a pesar de que eché de menos ciertos rasgos, como su ironía.
Aun así, había estudiado cada página deseando aprender algo único o revelador sobre el célebre hombre que ahora reinaba en el colmenar.
Roger apenas descubrió nada que arrojara luz sobre Holmes.
Roger apenas descubrió nada que arrojara luz sobre Holmes.
Con el arco desarrollado en Japón me sucedió que la ambientación y los personajes relacionados no son redondos. Dichos capítulos parecen forzados. Intentan poner a Holmes en situaciones "difíciles", pero en realidad es sólo una historia bastante desarticulada que no cumple ningún propósito.
Y por último, el arco del caso Keller y el Holmes más joven. Acá fue donde más me chirrió la caracterización del detective. Sentí que no había concordancia con el Holmes original y, por momentos, hasta me molestaron ciertas reacciones del personaje.
Lo peor de todo es que, como dije más arriba, no tenía expectativas. Esperaba entretención y sentir nostalgia por las historias de Sherlock Holmes. Lamentablemente, esto no ha ocurrido.
Lo que merece ser destacado es la relación que Holmes establece con el pequeño Roger. Dentro de la novela, se le da la suficiente importancia como para que el lector cree una conexión con ambos personajes, y también humaniza a Holmes, quien por momentos está demasiado afanado en sus distracciones.
Conclusión
‘Mr. Holmes’ incursiona en la vejez del archiconocido detective creado por Conan Doyle, pero se toma bastantes licencias, lo que puede molestar a los más fanáticos y decepcionar a los lectores más benévolos.Sobre el autor
Mitch Cullin nació en 1968 en Santa Fe, Estados Unidos. Fue alumno de la Universidad de Houston, donde asistió a clases de escritura creativa imartidas por Mary Gaitskill. Junto con autores como Salman Rushdie y Amy Tan es co fundador de la página web Red Room, dedicada a la promoción de la escritura y sin ánimo de lucro.
Es autor de seis novelas entre las que se encuentra, Tideland, que fue llevada al cine por Terry Gilliam. Ha vidido en Tokyo y en la actualidad reside en Arcadia, California.
Es autor de seis novelas entre las que se encuentra, Tideland, que fue llevada al cine por Terry Gilliam. Ha vidido en Tokyo y en la actualidad reside en Arcadia, California.
Gracias a Penguin Random House por el ejemplar para esta reseña.
El 19 de junio se estrenó en Reino Unido la adaptación de este libro, con Ian McKellen en el papel de Sherlock Holmes. Espero que la estrenen acá...