Título original: Bareback
Serie: Libro único
Edición: Ediciones B, 2009
Páginas: 536
ISBN: 9788466639736
En una sociedad en la que la mayoría de la población son hombres lobo, Lola May ―una abogada del servicio estatal que controla la licantropía― deberá resolver los asesinatos de dos de sus compañeros al tiempo que tratará de enderezar su vida, marcada por los prejuicios y la discriminación.
Sobre la autora
Kit Whitfield es licenciada por la Universidad de Christ, Cambridge, y obtuvo un máster en escritura creativa en la Universidad de East Anglia. Vive en Londres.
Los crímenes de la luna llena es su primera novela, con la que ha logrado una gran acogida por la parte de la crítica así como del público. Se ha vendido a 12 idiomas.
Cuando recuerdo que estuve a punto de pasar por alto este libro en la feria de Mendoza, quiero darme unas collejas. Una compañera me dijo "mira, creo que éste te gustará". Dicho y hecho.
Los crímenes de la luna llena es su primera novela, con la que ha logrado una gran acogida por la parte de la crítica así como del público. Se ha vendido a 12 idiomas.
Cuando recuerdo que estuve a punto de pasar por alto este libro en la feria de Mendoza, quiero darme unas collejas. Una compañera me dijo "mira, creo que éste te gustará". Dicho y hecho.
Porque me causó tal adicción que lo leí en todos los lugares imaginables: de pie en un bus, en la calle, en la plaza, en el almuerzo, etc, etc. A veces hay que ser un lector todoterreno, e improvisar.
Comentario personal
Uno de los comentarios que aparecen en la contraportada del libro dice así: “Muy de vez en cuando aparece un libro que te transporta, de manera forzosa y hasta el final, a otro mundo. Éste es uno de ellos. Un libro que sostiene un espejo de feria ante la naturaleza para mostrar al lector un universo alternativo, aterradoramente distinto del nuestro”.
Considero que así ha sido. Los crímenes de la luna llena me ha subyugado desde el principio hasta el final. Difícilmente he podido apartarme de él. La historia de Lola May no es una que nos haga reír, por el contrario, nos duele, y deseamos saber si en algún momento recibirá un trocito de felicidad.
Kit Whitfield nos presenta a esta mujer, abogada, perteneciente a una minoría en un mundo donde el 90% de la población son licántropos. Ella pertenece al 10% que no lo son. Este pequeño grupo es despreciado, insultado, discriminado y, a pesar de ello, debe servir a los licántropos, cazándolos cuando merodean durante la luna llena. Existen reglas que rigen sus vidas, y los no licántropos, los tullidos, deben velar por que se cumplan.
En el libro se nos enseña múltiples contrastes entre ambas especies, y nos damos cuenta de las injusticias que se cometen. Conocemos a Lola y a los tullidos que trabajan en DORLA ―el aparato gubernamental que controla la actividad licantrópica― así como también su pasado en el orfanato.
La vida de Lola es dura. Nuestra protagonista debe luchar día a día por salir adelante, haciendo oídos sordos a los insultos, esquivando ataques de hombres lobos, y tratando de hallar su lugar en una sociedad que no acepta a los tullidos, pero que los tolera porque los necesita.
Nuestra pobre Lola, además, tiene relaciones bastante complicadas. Primero, su hermana, Becca, con quien no sabe ni siquiera cómo hablar. Embarazada y recién divorciada, Becca no parece ser una aliada de Lola. Pero en DORLA encontramos a Bride, la antigua tutora de Lola, lo más parecido a una amiga que tiene. Marty es su pupilo, un joven con ansias de aprender que resulta atacado en una de las cacerías nocturnas. Ally, un antiguo compañero en el orfanato, de quien no tiene muy buenos recuerdos. Y Hugo, su jefe directo, alguien bastante inexpresivo, pero que parece tener cierta fe en ella.
Además, no es una santurrona. No. Cuando Lola tiene que hacer su trabajo, no duda en emplear recursos poco éticos ―aunque éstos pueden ser considerados comunes en DORLA―, e incluso coger armas y disparar a quien se ponga en su camino.
El comienzo se hace un pelín pesado, pero no tardamos en sumergirnos en la historia. A veces nos encontramos con reflexiones profundas, así que hay que respirar y leer un poco más lento para no perdernos de nada. La narración en tiempo presente ayuda bastante.
DORLA resulta ser una institución espeluznante. A veces hallamos reminiscencias a la Inquisición, si bien se nos aclara que son la evolución de ésta, así que al final de la historia ya no nos sorprende nada. Es raro, pues a veces sentía que me ponía de lado de los licántropos, pero durante toda la novela apoyaba a los tullidos, a pesar de sus desagradables métodos.
Puedo añadir que el final me pilló desprevenida, pues no se aclara bien qué será de la historia amorosa entre Lola y otro personaje, aunque se puede entrever cierto final feliz. Al menos en lo que se refiere a la paz mental de nuestra protagonista.
Conclusión
Los crímenes de la luna llena es un relato fascinante, como comenta Sherrilyn Kenyon, “sobre una realidad alternativa en la que ser humano es un obstáculo”. Kit Whitfield acierta al presentarnos una historia donde la normalidad es lo fantástico, contrario a lo que ocurre comúnmente, donde el vampiro, fantasma, hombre lobo o zombie son los entes extraños y sobrenaturales.
Además, Lola es un personaje redondo, con muchas cualidades y defectos que obligan al lector a conocerla. No nos sentimos indiferentes ante ella. Ya sea que la amemos o la odiemos, es un gran personaje, sabe ganarse su lugar.
Crudo, adictivo, desolador y conmovedor, Los crímenes de la luna llena es recomendable para todos aquellos que disfrutan cuando no pueden abandonar un libro, y que lamentan llegar a la última página.
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