Título original: Nineteen eighty-four
Saga: Libro único
Editorial: Debolsillo, 2013
Páginas: 350
ISBN: 9788499890944
En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos... hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.
Sobre el autor
George Orwell (1903-1950) poseyó una de las voces más lúcidas y ricas en matices del siglo XX: estudiante en Eton, policía imperial británico en Birmania, lavaplatos en París, librero en Londres, miliciano del POUM, corresponsal de la BBC, editor literario y columnista. Vertió toda su experiencia en crónicas, ensayos y novelas de lectura imprescindible.
Comentario personal
Winston Smith trabaja en el Ministerio de la Verdad. Su vida es monótona: duerme un par de horas al día, se dirige al trabajo con su mono azul, destruye y rearma el pasado unas cuantas veces, pasa los Dos Minutos de Odio gritando y vociferando frente a la telepantalla, como todo el mundo. Pero hay algo en su interior que empieza a germinar. Winston, conscientemente, tomará decisiones que, a sabiendas, podrán destruirlo.
1984 es un libro con una carga política importante. Sin ella, no tendría sentido. El autor ha decidido contarnos la historia así, y vaya que le ha salido bien. Sobre todo, porque lo que parecía ser un presagio de sus tiempos, también podría ocurrir en nuestro futuro. El trasfondo es verdaderamente alucinante, y asusta. A medida que pasaba las páginas, me asombraba al reconocer elementos de nuestro presente, relatados hace más de sesenta años. Orwell me recordó a Verne: ambos, usando su imaginación, fueron capaces de visualizar el futuro. Y ambos consiguen muy bien algo que todos los escritores quisieran: subyugar al lector. Orwell, con su prosa mágica, me causó miedo, desesperanza, terror, incluso escalofríos. Y me hizo razonar. Mientras leía, me obligó a emitir juicios. Por lo que este libro no es como cualquier otro.
Encontramos aquí personajes fuertes, algunos que jamás alzan la voz pero que son tan o más importantes que el mismo protagonista; me refiero al Hermano Mayor, a ese individuo, colectividad o simple imagen que observa todo y del que no se puede escapar. Tampoco puedo dejar a un lado el Socing, el socialismo inglés imperante que rige cada aspecto de la vida de los ciudadanos de Oceanía, uno de los tres ‘imperios’ que rigen el mundo. Orwell hace gala de una asombrosa creatividad al tergiversar lo ya existente hasta obtener un producto nuevo, jamás antes visto. Y lo hace de una manera elegante, sobria. Hila fino, así que ningún cabo queda suelto.
La novela transcurre bajo un continuo conocimiento omnipresente; sabemos qué ocurrirá, pero no cuándo; sabemos por qué ocurrirá, pero no cómo. Y, de hecho, muchas de estas preguntas son las que formula el propio protagonista, intentando resumir su vida en un acertijo que tal vez jamás encuentre solución.
1984 está estructurada en tres partes. Cada una de ellas relata diferentes instancias en la vida de Winston, y su ‘aceptación’ de la realidad que lo rodea. A medida que transcurre la historia, lo vemos tratar de comprender ese mundo, pero todo está en su contra. El Hermano Mayor todo lo controla, y Winston es una hormiga luchando contra el universo mismo. La narración tiene el ritmo justo, y ayuda a mantenernos atrapados en la historia.
Además de Winston, tenemos otros personajes con roles fundamentales: Julia, O’Brien, el señor Charrington, Goldstein. Cada uno de ellos representa algo para Winston… Algo que puede mutar. No contaré qué rol cumplen; es mejor descubrirlo en la marcha.
El final me cogió desprevenida y me dejó a cuadros, a pesar de que el mismo protagonista me había advertido páginas atrás. Esa es otra magia de Orwell: ser capaz de sorprenderte incluso cuando ya no puedes ser sorprendido.
Por cierto, la edición contiene un epílogo que nos explica la nuevalengua, y que remarca fehacientemente una de las verdades del libro: sin el lenguaje, las masas son nada. No piensan, no opinan, no discuten.
Conclusión
En la contraportada Arthur Koestler comenta «Desde El proceso de Kafka, ningua obra fantástica ha alcanzado el horror lógico de 1984». Horror lógico es la clave. Es un recurso que Orwell maneja magistralmente, enseñándonos un mundo totalmente loco, pero aberrantemente cuerdo. Sus razonamientos retorcidos subrayan el poder de la palabra y el control de la mente sobre todo: el doblepiensa que requiere el Partido para dominar a la sociedad.
Un libro imprescindible, un eterno clásico y una distopía que da el ejemplo. Sobre todo, porque es una historia que podría volverse realidad en un futuro no muy lejano.
Valoración: 10/10