Autoconclusivo
Roca Bolsillo · 2015
304 páginas
ISBN 9788415729310
Theresa Osborne es una periodista de Boston que perdió la fe en las relaciones de pareja duraderas. Lleva tres años divorciada de su marido, quien la engañaba, cuando decide tomarse unas vacaciones. Entonces le sucede algo que le cambiará la vida: encuentra en la playa una botella que contiene una carta de amor en la que lo primero que lee es «Queridísima Catherine, te echo de menos». Intrigada por el misterio, impulsada por emociones que hace tiempo que no sentía, Theresa publica la carta y poco a poco, y con la ayuda de los lectores, consigue descubrir quién es el autor de la misiva. Lo que le sucede es inesperado, tal vez milagroso. Aparece alguien que podría venir a poner fin a su escepticismo...
Comentario personal
Jamás había leído un libro de Nicholas Sparks, y creo que sólo he visto a medias una adaptación cinematográfica (creo que Diario de una pasión… ¿o La última canción? ¿O tal vez las dos?). Me dije que era hora de solucionarlo. Así que me puse manos a la obra, y me sumergí en la historia de Mensaje en una botella.Lo primero, no sé si consiga expresar mi parecer en esta reseña. Me causó muchos dilemas, y bueno, esto se debe a que, en muchos aspectos, Mensaje en una botella es ambivalente. Para ser sincera, no es posible amarlo u odiarlo totalmente. Tampoco es una lectura meh (inserte aquí un emoticono que exprese la emoción meh), así que comprenderán mi indecisión al tratar de ponerle una “nota”.
Sucede que, en primera instancia, el estilo de Sparks es un tanto extraño para mi gusto. Fluctúa entre una narración rica en detalles y muy emocional, capaz de ganar la complicidad del lector sin problemas; y, por otro lado, momentos en que se ve salpicada de descripciones secas y frías, sobre todo en escenas “subidas de tono”. Se sintió bastante incómodo, la verdad. Como un lector-voyeur reluctante.
Pero ahora, solo en casa, me he dado cuenta de que el destino puede herir a una persona en la misma medida en que puede bendecirla, y me sorprendo a mí mismo preguntándome por qué, de todas las personas en el mundo que hubieran podido ser objeto de mi amor, tuve que enamorarme de alguien que me sería arrebatado.
El segundo aspecto que me produce sentimientos encontrados tiene que ver con los personajes. Por un lado tenemos a Theresa y sus motivaciones. Ella por si sola es una persona bastante común y corriente, pero cuando nos cuenta por qué decide buscar a Garrett, y luego lo niega… pues nope. No, no y no. Lo siento, Nicholas Sparks, pero tú mismo te pusiste la soga al cuello porque tenías una gran razón (de hecho en algún momento la mencionas), sin embargo, es echada al olvido en pos de sentimentalismos baratos.
Garrett, el segundo al mando, me pareció un personaje bastante creíble, aunque a veces quedaba opacado por el fantasma de Catherine, la cual, a pesar de todas las cartas y pequeños pasajes, jamás acaba siendo un personaje real. Catherine es sólo la razón por la que Garrett no ha podido seguir adelante, y será el conflicto necesario entre él y Theresa (y necesario para tener un argumento, ojo).
Con respecto al mensaje de la novela, aquí entramos en terreno espinoso porque está involucrada la resolución y, bueno, a algunos lectores puede gustarles y a otros no. Yo no sé cuál es mi postura (¡ja!), y puede que nunca tome una, porque, de una u otra manera, me pareció muy realista.
Nuevamente, el sonido de su voz le hizo detenerse. Entonces se dio cuenta de que, si intentaba rescatar los recuerdos del pasado, quizá no conseguiría salvarse.
Ahora bien, las cosas valorables son el comienzo y el final, y el tema de la aceptación de la pérdida. Los primeros capítulos son geniales, cómo el autor nos presenta a la botella con su mensaje como un personaje más, y cómo decide jugar con la línea temporal, de manera de que el lector se haga preguntas. Por otro lado, el final, como ya he dicho, es como la vida, y creo que por ello merece aplausos.
Quizá mi mayor halago es que en sus mejores momentos, la novela me ha recordado a esas de Nora Roberts que recuerdo con cariño, y eso lo rescato porque últimamente me cuesta conectar con el romance contemporáneo (al menos el adulto; el juvenil es otra historia).
Conclusión
‘Mensaje en una botella’ cuenta con una premisa curiosa, que tiene un buen principio pero que luego decae gravemente hacia la mitad. Sin embargo, el final rescata una historia que, tal vez con una protagonista menos fría, hubiera calado más en mí. Recomendada para los fans de Sparks y para quienes deseen averiguar de qué trata el mensaje de la botella.Sobre el autor
Gracias a Penguin Random House por el ejemplar para esta reseña.