Libro único
Nube de Tinta • 2014
320 páginas
ISBN 9788415594314
Según Colin Singleton existen dos tipos de persona: los que dejan y los que son dejados. Él, sin duda, pertenece al segundo. Su última ex, Katherine XIX, no es una reina, sino la Katherine número diecinueve, que le ha roto el corazón. Para escapar de su mal de amores, y con el propósito de hallar un teorema que explique la maldición de las Katherine, Colin emprende junto a su amigo Hassan una aventura que le llevará a Gutshot, un pueblecito de Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia no siempre es la mejor compañera de viaje.
Comentario personal
Con ‘Bajo la misma estrella’ en un extremo, y ‘Ciudades de papel’ y ‘Buscando a Alaska’ en el otro, empecé a leer este libro con cero expectativas. De hecho, con -1 expectativas. No sabía qué iba a encontrar en esta historia. Por suerte, acabé la lectura con una sonrisa en la cara y no con esa sensación de hastío que me dejó Alaska.Colin es un prodigio, y él deja muy en claro que eso no es equivalente a ser un genio. Ahora que Katherine XIX lo ha dejado y tiene el corazón roto, Hassan ―su único amigo― le propone iniciar un viaje para cambiar de aires. Avanzan un poco hacia el sur, hasta que llegan a la tumba del archiduque Francisco Fernando y deciden quedarse en un pueblo llamado Gutshot. Es allí donde Colin tiene un momento Eureka: debe existir una manera de predecir las relaciones amorosas, un teorema que pueda graficar cuándo y cómo acabarán.
—Quiero tener un momento Eureka —le contestó como cualquier otro niño podría haber expresado su deseo de ser una tortuga ninja.
Su madre le acarició la mejilla con el dorso de la mano y sonrió con la cara tan cerca de él que le llegó el olor a café y a maquillaje.
—Pues claro, Colin. Claro que lo tendrás.
Pero las madres mienten. Les va incluido en el sueldo.
Su madre le acarició la mejilla con el dorso de la mano y sonrió con la cara tan cerca de él que le llegó el olor a café y a maquillaje.
—Pues claro, Colin. Claro que lo tendrás.
Pero las madres mienten. Les va incluido en el sueldo.
Lo primero: no busquen grandes metáforas ni una historia excesivamente profunda. ‘El teorema Katherine’ cuenta con una premisa existencial, pero no es una novela analítica. Al contrario, rezuma humor y liviandad, lo que me vino de maravilla. Lo segundo: aunque todo empieza con un road-trip, no esperen aventuras en la carretera.
Teniendo en cuenta esas dos cosas, y que ‘El teorema Katherine’ es una historia normalita, Green ha vuelto a encantarme. Colin y Hassan conforman un dueto gracioso, y por suerte el autor se centra más en ellos que en cualquier otro personaje. Además, intercala el presente con las historias de Colin y las Katherine, y eso me ha entretenido. Quizá lo de introducir las matemáticas es estrafalario, pero va bien con la personalidad de Colin y sus obsesiones. Los pies de página son una curiosidad que le queda bien a una novela protagonizada por un prodigio, así que tampoco no me quejo.
—No lo hagas, tío. Estás quitándole la argolla a una granada. Estás empapado de gasolina y el teléfono es una cerilla encendida.
Colin abrió el teléfono.
—Palominos —dijo.
Hassan levantó las manos.
—¡No puedes palominear eso! ¡Es un fragante mal uso del palomino! ¡Te palomino que la llames!
Colin abrió el teléfono.
—Palominos —dijo.
Hassan levantó las manos.
—¡No puedes palominear eso! ¡Es un fragante mal uso del palomino! ¡Te palomino que la llames!
La narración cuenta con un ritmo adecuado, donde el trabajo de Colin con el teorema se ve interrumpido por sus recorridos por Gutshot y sus interacciones con algunos habitantes, quienes quedan en un segundo plano, priorizando el desarrollo del personaje principal. Lo que más me ha gustado es que esta vez una chica no se robe el protagonismo (las Katherines son algo más anecdótico).
El final me ha gustado, si bien hay algo de predictibilidad…
Conclusión
‘El teorema Katherine’ sorprende por su cuota de humor y sus personajes ligeros. Green deja a un lado los dilemas adolescentes más serios para convertir esta novela en un experimento divertido sobre ser alguien y no morir en el intento.Sobre el autor
John Green nació en Indianapolis en 1977. Se graduó en Lengua y Literatura Inglesa y en Estudios Religiosos en El Kenyon College. Tras empezar carrera en el mundo editorial como crítico y editor, publicó su primera novela Looking for Alaska en 2005, que le valió una medalla Printz y lo situó en el top diez de mejores novelas juveniles. Sus siguientes trabajos, An abundance of Katherines (2006) y Paper towns (2008), le han convertido en uno de los autores más reconocidos del género novela juvenil y crossover. Ha sido galardonado con el premio de honor Printz, el Premio Edgar, y dos veces finalista del Premio Libro del LA Times.
Gracias a Penguin Random House por el ejemplar para esta reseña.