
Autoconclusivo
Umbriel · 2025
576 páginas
ISBN 9788410085626
Una historia sobre la vida: sobre cómo termina y cómo empieza.
Una historia sobre el hambre.
1532, Santo Domingo de la Calzada.
Mientras crece, María se vuelve rebelde y astuta; lo único que supera su belleza es su necesidad de huir. Sin embargo, sabe que solo puede ser un premio o un peón en los juegos de los hombres. Cuando una desconocida fascinante le ofrece un camino distinto, María toma una decisión desesperada y jura no arrepentirse jamás.
Una historia sobre el amor.
1827, Londres.
Charlotte tiene una vida idílica pero recluida en la hacienda de su familia hasta que, por culpa de un instante íntimo y prohibido, la envían a Londres. Con un corazón tierno y unos sueños, que en principio parecen imposibles, se queda embelesada ante la invitación de una hermosa viuda; sin embargo, el precio de la libertad es mucho más alto de lo que podría haberse imaginado.
Una historia sobre la rabia.
2019, Boston.
Se suponía que la universidad era una oportunidad para empezar de cero. Ese fue el motivo por el que Alice se cruzó medio mundo y dejó atrás su antigua vida. Sin embargo, tras un amorío de una noche (algo nada propio de ella), empieza a cuestionarse su pasado, su presente y su futuro, y emprende un viaje en busca de respuestas… y venganza.
Comentario personal
Uffff, tenía mucho miedo de leer este libro de Victoria. Mucha publicidad, mucho hype en redes, y temía llevarme un chasco por delante. También estaba la experiencia de Addie LaRue, que no me gustó tanto como a la mayoría (quizá porque me pilló en mal momento), así que abrí Que entierren nuestros huesos en la medianoche con temor, y bueno, puedo decir que lo cerré contenta y súper satisfecha con el resultado. No es perfecto, cierto, y tampoco es como la trilogía Sombras de la magia; es que Victoria ya ahora escribe para otro nicho y, al parecer, sus nuevas historias, como la de Addie, apuntan más al desarrollo de los personajes, a explorar su psique, a una narrativa más íntima y menos convencional, más que a construir un argumento sólido y en crescendo. Esto pude resultar contraproducente para algunos lectores, ya que el ritmo es más pausado y, debo confesar, de hallarme en otro momento lector quizá me hubiese causado un bloqueo (lo que no ocurrió, por fortuna).
Esta novela está contada a tres voces, aunque no necesariamente las tres pesan lo mismo ni narran de forma paralela. La historia parte con María y Alice; una se encuentra en la España de 1532 y la otra en Estados Unidos de 2019. Más tarde se les sumará Charlotte en 1827. ¿Qué une a estas tres chicas, se preguntarán? Algo sencillo: sus aspiraciones, sus deseos y su necesidad de hacerse con un lugar en un mundo que no necesariamente las acoge. Cada una es el reflejo de su época y de las sociedades que les impusieron sus normas, pero eso no significa que sus espíritus se hayan doblegado.
Por lejos, mi personaje favorito fue María. Creo que es el mejor conseguido, el más redondo, aunque hacia el final pierda la voz cantante. De las tres protagonistas es la más interesante de leer, en especial por su forma de lidiar con los problemas y su manera de hacerse cargo. Tiene madera de líder, y eso se nota en cómo impulsa la trama cuando no hay un conflicto propiamente tal (al menos no al inicio).
Alice no me gustó tanto durante la primera mitad (mucho tuvo que ver con que es un personaje demasiado volcado en sí misma, y que no tenía un gran reparto de secundarios para sacarle lustre a su parte de la historia), sin embargo, hacia el final me fue ganando porque va aflorando su carácter y toma las riendas de su vida. Charlotte, por otro lado, aparece tarde para mi gusto, y eso ocasionó que no conectara tanto con ella ni que me interesara demasiado en lo que tenía para contar.
Espero no incurrir en hacer spoilers al comentarles que este es un libro sobre vampiros. Por ello, estaba muy interesada en conocer cómo Victoria le daba una vuelta de tuerca a este popular mito, y debo decir que estoy satisfecha y decepcionada a partes iguales.
Por un lado, me ha encantado cómo se ha hecho cargo de ciertas cosas como la debilidad ante el sol o el hecho de no poder pisar cementerios; no obstante, me ha faltado un poco más de worldbuilding pues, aunque vemos a otros vampiros, en realidad no tenemos mucha noción de cómo sobreviven, cómo se relacionan unos con otros, si hay alguna jerarquía, o por qué algunos antiguos han sido capaces de sobrevivir y otros no. A pesar de aquellos detalles, en general me ha gustado mucho la forma en que Victoria ha utilizado a este ser fantástico para explorar la naturaleza de sus personajes y profundizar el ejercicio psicológico que ha decidido poner por escrito.
No es una novela ágil, sino bastante lenta, así que los lectores que prefieren más acción o un argumento más dinámico podrían estar en problemas. Y es que otra de las razones por las que no puedo ponerle 5 estrellas es ese: la falta de un conflicto real durante el 90% del libro, especialmente cuando hacia el final ocurre algo que se ve venir a leguas era obvio. En ese sentido hubiese preferido un final más abierto, pero también puedo entender que la historia haya decantado como lo hizo. El final es lógico, dentro de las reglas establecidas por la autora durante toda la novela.
Quizá todos estos peros les hagan creer que no me gustó nada, pero estarán equivocados. Sólo soy yo despotricando cuando Que entierren nuestros huesos en la medianoche pudo haber sido brillante; sin embargo, eso no significa que no sea un buen libro. Es contundente, hace planteamientos interesantes, tiene un estilo exquisito y cuenta con una galería de secundarios que fácilmente podrían contar con su propio libro (Ezra y Matteo sobre todo. Quizá Victoria se anime).
PD: La edición especial es una preciosidad. Si tienen la oportunidad de adquirirla, háganlo. No se arrepentirán.
Sobre la autora

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