Mostrando entradas con la etiqueta 3/10. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 3/10. Mostrar todas las entradas

El amor y otros choques de tren ~ Leah Konen

2.8.22

Love and Other Train Wrecks · Leah Konen
Autoconclusivo
V&R Editoras · 2019
333 páginas
ISBN 9789877475326
Un viaje en tren.
Dos extraños.
Noah es un romántico empedernido que regresa a casa para recuperar a su primer amor, ese que dejó atrás al marcharse a la universidad.
Ammy no cree en el amor, y sus padres son la prueba viviente de que no existe. Está escapando de una madre que no le presta atención, hacia lo de un padre que probablemente no lo quiere.
Una noche de invierno, Ammy y Noah se encuentran en el mismo tren con destino a Nueva York. Cuando el vehículo se averia en medio de una tormenta, a los chicos no les queda más remedio que intentar llegar a su destino juntos, en el que se convertirá en el viaje de sus vidas.
¿Pueden veinticuatro horas cambiar todo lo que creen sobre el amor?

Comentario personal

Soy fanática de los trenes. Me encanta el romanticismo de viajar en un tren, el que sea. Y me encantan las historias ambientadas en trenes. No por nada Asesinato en el Orient Express de mi querida Agatha Christie es una de mis novelas preferidas.
 
Pues bien, no recuerdo cuándo ni dónde fue que compré este libro (seguramente fue en mi viaje a la Feria del Libro de Buenos Aires del 2019), pero de lo que sí estoy segura fue de qué me atrajo de él: el título dice “tren”. Sí, soy básica. Y bueno, seguramente me convencí de que era una buena idea darle una oportunidad.

Error.

Lo primero es que la autora me engañó soberanamente: el susodicho tren no tiene protagonismo alguno, y lamento decirles que pronto es abandonado y dejado atrás por los personajes. Disculpen, pero debo advertirles aquello. Que sí, que se queda detenido en la nieve a lo Agatha Christie; no obstante, no hay más de eso.

Lo segundo es que en este libro hay drama adolescente puro y duro, damas y caballeros. El drama de Ammy puedo entenderlo. Con ella, la autora explora temas como la familia, la dependencia emocional y la aceptación. No con demasiada profundidad y probablemente lo hace para darle cierta sustancia al personaje, pero sí lo suficiente como para que nos importe el trasfondo de Ammy y así darle un sentido a la lectura. El drama de Noah, por otro lado, no tiene sentido. Juntos, todavía menos.

Quizá ya no estoy en condiciones de leer estos desabridos romances adolescentes, donde un chico y una chica muy cultos y diferentes a los demás sólo por el hecho de ser lectores encuentran al gran amor de sus vidas por obra del destino. Me resultan insufribles. ¿Que así se llama el título? Ya lo sé, no me regañen. Sólo… esperaba un poco más.

Me di cuenta que los personajes apenas tenían sustancia al confundir sus voces todo el tiempo. Eso significa que no dejan huella en el lector, y que poco nos importa lo que ocurra con ellos. Pregúntenme qué fue de Ammy y Noah. Pues bien, ya ni me acuerdo. Así de insulsa fue la lectura. ¿Cómo hice para terminar el libro? Ni yo misma lo sé. Aplausos para mí, por favor.

La casa del reloj en la pared ~ John Bellairs

20.10.18

The House with a clock in its walls · John Bellairs
Lewis Barnavelt #1 (de 12)
Alfaguara · 2018
256 páginas
ISBN 9788420433608
Después de la muerte de sus padres, Lewis debe irse a vivir a la mansión de su excéntrico tío Jonathan. Pronto descubre que su tío y su vecina, la señora Zimmermann, no solo son un poco extraños, sino que ambos son magos.

Pero ¿qué es ese inquietante tic-tac que resuena en la casa? ¿Qué peligros se esconden dentro de las paredes de la mansión?

Comentario personal

La trama de La casa del reloj en la pared es prometedora. ¿Niño nuevo en la ciudad? ¿Llega a casa de tío mago? ¿Hay un reloj tenebroso que hace que las paredes de la mansión suenen? Eh, para mí eso es interesante. Bien llevado, podría tener un poco de terror, misterio, fantasía, etcétera, etcétera. Lamentablemente, lo que he leído no me ha gustado demasiado.

¿Cuál es mi problema? Que tal vez les estoy pidiendo mucho a los libros infantiles últimamente. Bellairs debía presentarme un protagonista interesante, pero Lewis como personaje no me ha gustado. No me interesaba saber qué pensaba, conocer sus preocupaciones o si se sentía incómodo en su nuevo hogar. Mi indiferencia era tal que hasta una piedra me hubiese causado más empatía. Me pasó lo mismo con El libro secreto del universo.

Los secundarios son un poco más interesantes, pero tampoco se salvan de la hoguera. Están ahí porque Lewis necesita apoyo y contención, no porque tengan una historia propia que nos llame la atención.

Creo que me rindo con los libros infantiles por un tiempo. Creo suponer que soy yo el problema, no el libro. ¿Estaré equivocada? Denle una oportunidad y comentamos.

Gracias a Penguin Random House por el ejemplar para esta reseña.

El medallón del Sol Negro ~ Alberto Rojas M.

10.4.16

El medallón del Sol Negro ∙ Alberto Rojas
Leyendas de Kalomaar #1 (de 3) (precuela)
B de Block ∙ 2014
272 páginas
ISBN 9789563041712
El medallón del Sol Negro ∙ La venganza de la reina ∙ Sin título
La joven pirata Tramey navega por los mares de Kalomaar buscando tesoros de riqueza inimaginable. Es la heredera de Feldar y Tarid, máximos exponentes de la Hermandad del Viento. Tramey no está sola: la tripulación de su barco, el Tormenta de Fuego, es capaz de defenderla con su vida. Un nuevo viaje la llevará a cruzarse en el camino de la astuta Rafía, una joven mercenaria perteneciente a la Cofradía de las Sombras. Juntas van tras la pista del Medallón del Sol Negro, un poderoso amuleto que esconde un trágico secreto.

Comentario personal

Tenía unas expectativas del porte de un buque con respecto a este libro. Había leído reseñas que lo pintaban muy bien, así que me dije que El medallón del Sol Negro, una historia con ambientación náutica, piratas y aventuras, iba a ser una lectura alucinante.

No lo fue.

¿Con qué me encontré? Con una novela que, en sus inicios, me recordó mucho a El Corsario Negro de Emilio Salgari, pero que antes de la mitad empezó a desinflarse hasta morir en un final que no me satisfizo.

Hay varios factores que causaron que esta experiencia fuera sólo regular, pero quizá el más importante es Tramey y su caracterización. Me molestó mucho que todo, pero todo le saliera bien, y que, a pesar de ser una pirata asalta barcos, fuera más buena que el pan. Hermosa, inteligente, intrépida, leal… Tramey parece no tener defectos, y cae en la categoría de Mary Sue que tanto desagrada a muchos lectores.

La caracterización del resto de los personajes es muy pobre. Aunque Num y Dak-Tor me parecieron muy simpáticos y sentí que los conocí mejor gracias a Tramey, los demás no pasan de ser anecdóticos. Eso de mencionar siempre a Tramey, Dak-Tor, Num y Kerak, seguidos por la muletilla “la tripulación” fue muy curioso. Sabemos que los otros marineros son leales a Tramey, pero ¿quiénes son? Una nebulosa sin nombre ni rostro.

El mapa al inicio del libro me ayudó porque la descripción de Kalomaar y de sus rincones fue exigua. Por supuesto, uno se hace una idea general de las islas y los mares, pero no se va más allá. Clima, vegetación, construcciones, cultura… Poquísimo de eso. Mis expectativas colisionaron con esa frase en la contratapa que clasifica este libro dentro del subgénero de fantasía épica, y a eso se debe mi molestia.

Los diálogos y la narración en general tampoco fueron de mi agrado porque se sentían poco naturales. Hay conversaciones de Tramey con su tripulación en momentos de acción que no tienen cabida dadas las circunstancias, o donde las reacciones de los personajes no calzan muy bien con los hechos (teniendo en cuenta que son piratas).

Tiene a su favor lo fácil que es seguir la trama —producto de su sesgo infantil, aunque se plantea como libro juvenil—, pero para los lectores con más libros en el cuerpo pudiera resultar muy liviano, sobre todo si esperan una historia rica en detalles relacionados con la navegación y la vida en mar abierto.

Conclusión

El medallón del Sol Negro funciona como libro infantil hasta cierto punto, pero si quieres leer una novela en la que la tríada personajes, ambientación y argumento estén bien llevados, podrías resultar decepcionado.


Sobre el autor

Alberto Rojas Moscoso es periodista de la Universidad Diego Porrales, tiene un Magíster en Ciencia Política (mención Relaciones Internacionales) de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y varios cursos de especialización en esta área. En 1995 obtuvo el primer lugar en el Concurso de Literatura Juvenil Marcela Paz con su novela La lanza rota, reeditada en 2007 en una versión extendida. Luego publicó La hermandad del viento (2009), el segundo título de su serie de fantasía épica Leyendas de Kalomaar, galardonado por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura como la mejor novela juvenil de ese año.

Anna Karenina ~ Lev Tolstói

10.7.15

Anna Karénina · Lev Tolstói
Autoconclusivo
Edaf · 2012
813 páginas
ISBN 9788441427990
La novela del conde de Tolstói narra los amores paralelos de Anna Karenina con el joven oficial Vronski y los de Kiti con un noble terrateniente. Son historias en contradicción, aquella en desdicha, esta en bucólica apacibilidad.

La obra rusa sigue el camino abierto años antes por los amores adúlteros de Emma Bovary. Tolstói dará una solución de mayor carga metafísica, de índole personal, frente a la presión de las convenciones sociales.
La portada corresponde a la edición de Punto de Lectura.

Comentario personal

Esta reseña es un ejercicio extenso y cuenta con varios spoilers 
(debidamente señalados) para explicar mis quejas.

Antes de empezar, advierto: a cualquier fan de la literatura rusa, de Tolstói o de 'Anna Karenina' en particular, absténgase de leer esta reseña. Acá ventilaré mi mal humor y la pésima experiencia leyendo este clásico, así que no esperen que mantenga las formas.


En primer lugar, no tengo problema con leer libros extensos. He leído tanto novelas clásicas como contemporáneas con bastantes páginas de por medio, y eso no me molestó en ningún sentido. Ahora bien, 'Anna Karenina' es un caso aparte, porque con sus 800 páginas se ha convertido en el libro que más he tardado en leer desde que tengo memoria (casi un mes y medio).

Tampoco tengo problema con el realismo y aquellos libros que incursionan en períodos históricos complejos, dramas políticos o existencialistas. Prueba de ello es ‘Martín Rivas’ y su retrato de la sociedad chilena a mediados del siglo XIX; lo recuerdo con especial cariño. Sin embargo, ‘Anna Karenina’ se va a un extremo que no pude digerir. De hecho, sentí que perdió su propio norte en pos de los dilemas religiosos y morales de algunos personajes.

Así que iremos por partes para intentar dilucidar por qué esta novela tan reconocida se convirtió en una de mis lecturas más sufridas.

Como introducción, ‘Anna Karenina’ sigue dos historias paralelas: la de Anna, su esposo Karenin y Vronski; y la de Kiti y su relación con Lievin. Hay dos puntos de unión: primero en la figura de Vronski, y segundo, en el personaje de Oblonski, hermano de Karenina y pariente político de Kiti. Todos estos personajes están envueltos en el mismo conflicto, de una u otra manera.

Tolstói abarca varios hilos argumentales en su novela, y debo decir que lo hace de una manera bastante dramática. Por momentos me recordó a Shakespeare (de una buena manera, todo hay que decirlo). No obstante, el resultado general, a mi gusto, es deplorable. Desde el principio hasta el final, cojea y mucho.

1. El insta-love y su dramatización

Los amores adúlteros de Anna empiezan con un insta-love puro y duro, al estilo de las novelas juveniles actuales. Si Tolstoi quería ser el precursor de esta moda, lo ignoro. Esperaba encontrar una relación que se construyera lentamente —quizá mis expectativas eran muy austenianas—, pero ocurrió lo contrario. Fue algo que me sorprendió, y mucho.

Posteriormente se trata de explicar con una serie de motivos más profundos SPOILER por ejemplo, la necesidad de amor de Anna a raíz de su frío matrimonio con Karenin FIN SPOILER, sin embargo, me fue imposible olvidar cómo empezó. Fue inevitable rodar los ojos una y otra vez, tratando de comprender lo incomprensible. Nuevamente me encuentro con una novela que se vende como la gran historia de amor, y no resulta ser más que un encaprichamiento de dos personajes llenos de inseguridades, egoístas y superficiales.

El amor de Lievin y Kiti tampoco se salva de las críticas: la justificación del amor que Lievin siente hacia la chiquilla es, a lo sumo, absurda. SPOILER Eso de que primero amaba a Natalia, luego a Dolly, y como las dos se casaron, se “enamora” de Kiti, el premio de consuelo, porque “necesita” enamorarse, NOPE FIN SPOILER.


Los sentimientos de Kiti hacia Lievin son un poco —solo un poco— más creíbles. Lo que más rescato, al menos de parte de ella hacia él, es que hay un desarrollo más aceptable a lo largo de la novela.

2. Los personajes

Es difícil sentir simpatía por semejantes personajes. Tolstói se regodea en los defectos de todos (¡nunca pensé que extrañaría el estereotipo de personaje “perfecto”!). A diferencia de otros lectores, Anna no me pareció una mujer fuerte, sino todo lo contrario: pusilánime, indecisa, un poco tonta. Construye su propia desgracia, pero atina a culpar a la gente a su alrededor en vez de tomar cartas en el asunto. Y su relación con sus hijos… uff. Sin comentarios. Vronski es digno de cualquier improperio, desde el principio hasta el final (nunca me creí su figura de chico bueno). Karenin, por otro lado, es un hombre sin carácter, manipulado por otros y que a ratos parecía un niño ingenuo en vez de un hombre de estado.

Lievin es un tanto disparatado: sus dilemas existenciales llenan muchas páginas del libro, e incluso cuando pareciera salir de su embrollo, cae en círculos como un pájaro abatido. No parecía una persona estable emocionalmente. Kiti me recordó a Anne Elliot (Persuasión de Jane Austen), así que allí al menos vemos un crecimiento y no una involución. De los seis personajes principales, es Kiti quien más se desarrolla, rompiendo cualquier esquema establecido sobre ella.

Oblonski, por otro lado, es un personaje que no cambia, que es retratado como alguien gracioso, afable y ligero, pero que por esas mismas características repugna todavía más, considerando su injerencia en los asuntos de Anna y Lievin. SPOILER Por favor, Oblonski es un hipócrita y un falso FIN SPOILER. Por si fuera poco, se regodea en sus equivocaciones, y aunque otros personajes lo ayudan, él nunca da su brazo a torcer. Dolly, esposa de Oblonski y hermana de Kiti, es uno de los pocos personajes a la que se le prende la ampolleta, aunque tarde (lo siento por ella).

En resumen, casi ningún personaje me inspiró sentimientos positivos. Me costó mucho sentirme parte de sus vidas, entender sus problemas, seguirles la pista. Cuando cerré el libro, fue sencillo echarlos al olvido.

Sobre los secundarios, poco y nada hay que decir al respecto. Su participación es más puntual y, en algunos casos, aunque su relación con los protagonistas es importante, al final acaban diluyéndose en el fondo (ejemplo perfecto son los hermanos de Lievin, relleno en todas sus formas).


3. El adulterio y las relaciones amorosas

Un eje importante en ‘Anna Karenina’ son las relaciones amorosas que se establecen o rompen durante sus ochocientas páginas. Tolstoi hizo muy bien en presentarnos no una, sino tres relaciones conflictivas. Cada una de ellas se entrelaza con las demás, ya sea debido a la participación de un mismo personaje u obstáculos relativamente parecidos, como expliqué al principio. La novela es más dinámica gracias a este esquema. Al menos en este aspecto no resulta aburrida.

Sin embargo, me apena decir que en toda la novela, no hay ni una sola relación romántica positiva. Al parecer, el autor no tenía al amor en alta estima (olvidémonos de la famosa premisa que dice “el amor es la solución a todos los problemas” en esta historia). Todas las parejas se ven perjudicadas de una u otra manera por el adulterio, estado que el autor critica gracias a las intervenciones de varios personajes.

El adulterio se toma el protagonismo; no hay amor sano aquí. Todo se tiñe con el "amor" atormentado (insta-love, dejémoslo claro otra vez) de Anna y Vronski, y aquí es donde debo criticar la participación de Karenin.

Karenin es, con ciertas salvedades, quien representa a ese amor abnegado un tanto usual en las novelas de época, claro que en ‘Anna Karenina’ está condicionado por las normas y la religión, lo que lo rebaja bastante. SPOILER Eso de que se muestre tan frío frente a la traición de su esposa nunca me cuadró, y cuando Anna le pide que perdone a Vronski, esa escenita cuando Anna está agonizando por dar a luz… ¿Es en serio? FIN SPOILER.

Quizá Kiti y Lievin sean los únicos que se salven de la crítica SPOILER porque su amor es el único que acaba bien a pesar de los problemas (consiguen constituir una familia creíble), no obstante, tomando en cuenta las razones por las que Lievin “decide” amar a Kiti… Paso FIN SPOILER.

4. Los dilemas existenciales

Este apartado debería ser dedicado casi exclusivamente a Lievin, pues a lo largo de toda la novela, él es el personaje incrédulo por excelencia: critica la Iglesia, el Estado, la moralidad. En definitiva, está sosteniendo constantemente tanto monólogos como discusiones con sus pares, cuestionando el sistema en su totalidad. Y a pesar de que esto en sus inicios me pareció muy interesante, a la larga se convirtió en un lastre sin precedentes.


Lievin es un personaje en apariencia sencillo. Sin embargo, sus pensamientos podrían ser comparados a un charco profundo de lodo. No hay claridad, no hay objetivos claros, no hay firmeza. Por momentos Lievin parece llegar a una conclusión, no obstante, a raíz de algún comentario ajeno, todos sus razonamientos se tambalean como un castillo de naipes. En definitiva, no es el mejor personaje para llevar esa carga. Es un saco que le queda grande. Me hubiera gustado que Karenin hubiera sido el elegido para esta tarea; tenía más recursos y un poco más de disciplina.

No sé qué pretendía Tolstói encargándole una tarea tan compleja a Lievin. Si quería confundir al lector, lo consigue. Por otro lado, si quería mostrarnos algunos problemas de la época a través de la introspección de un personaje, falla estrepitosamente.

5. Los problemas políticos y territoriales

Según avanzan los capítulos, aparecen y desaparecen muchos personajes que representan ciertos sectores de la sociedad rusa: terratenientes, militares, políticos, diplomáticos, filósofos. La novela se va salpicando indistintamente de temas tan controvertidos como la condiciones de vida del campesinado, la producción y el industrialismo, la forma de hacer política, las elecciones de cargos políticos, la futilidad de ciertas tareas gubernamentales. El problema de saltar de un tema a otro es que no hay profundidad: no conseguimos comprender en su totalidad qué sucede en la Rusia de fines de siglo XIX. Como estos tópicos comparten “espacio” con el drama amoroso-social, se ven limitados a un par de planas un tanto liosas.

Por ejemplo, resultaba muy interesante leer sobre los campesinos que trabajaban en las tierras de Lievin, y cómo intentaba introducir mejoras en la producción, sin resultados. Sin embargo, el autor mezclaba este tema con los dilemas personales de Lievin, y se armaba una ensalada que me freía las neuronas. Y no, no digo que mis neuronas no estén funcionando bien, sino que era realmente triste leer planas interesantes que luego eran dejadas en el olvido gracias a los lloriqueos de Lievin por Kiti.


En otras palabras, Tolstói pudo habernos legado una novela realista espectacular si hubiera equilibrado bien los temas sociales y el conflicto romántico de los personajes.

6. La figura de Anna como mujer perdida y la crítica de la sociedad

Este es uno de los puntos más interesantes de la novela, y es una lástima que el autor lo hiciera competir con los enredos de Lievin. (Se volvió repetitivo el esperar temas más trabajados. Y eso que había más de 800 páginas disponibles…).

En ‘Anna Karenina’ el machismo es muy marcado: Anna y Vronski cometen el mismo pecado, pero pagan las consecuencias de maneras muy distintas. Anna pasa de ser una mujer de la alta sociedad a un ejemplo de decadencia, incapaz de suscitar comprensión o lástima. Es la peste; todos sus amigos la rehúyen, las personas de su círculo hablan a espaldas de ella, y los desconocidos se burlan abiertamente.

Por el otro lado, Vronski —a lo mucho— sufre regaños de parte de su madre y hermanos, y algunos comentarios benevolentes de sus conocidos; sigue teniendo contacto con la sociedad, mientras Anna es condenada al ostracismo. Es decir, el rasero es muy, pero muy distinto.

Como si fuera poco, la novela empieza con la infidelidad de Oblonski, el hermano de Anna, quien en ningún momento muestra arrepentimiento, y la vida le sonríe. Me daban ganas de aventar el libro contra la pared cada vez que aparecía el patético Oblonski. ¡Ay, me hierve la sangre de sólo recordarlo!


Es que todos critican a Anna y dejan de relacionarse con ella, pero nadie critica a Vronski y Obloski. Machismo puro y duro. Al paredón.

7. El final

En este punto diré, sin spoilers, que el final no fue el que esperaba por la sencilla razón de que hay una parte de más. El libro está estructurado en ocho partes y sobra una. Error garrafal.

SPOILER Es decir, sí, el final de Anna tiene esa carga emocional y metafórica y blablablá, lo que me parece muy bien, considerando su decadencia. Sin embargo, que Tolstói pasara de eso olímpicamente para regalarme los pensamientos de Lievin y su iluminación (¡al fin!) fue una bofetada en la cara. Y no sólo durante unas planas, sino durante capítulos enteros.

Qué manera tan decepcionante de terminar una novela. El protagonista (que la novela se llama ‘Anna Karenina’, no ‘Lievin’, por favor) es desechado, a favor de la verborrea mental de un personaje plano y aburrido. Tolstói, ¿acaso Lievin y su búsqueda (nunca lo bastante clara) era más importante que la historia de Anna? FIN SPOILER.

Conclusión

‘Anna Karenina’ es un tochazo que me causó una resaca proporcional a sus páginas sobrantes. Si se aventuran con este clásico, les doy mi pésame por adelantado. Hasta la vista, baby.


Sobre el autor

Lev Tolstói fue un novelista ruso, considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial. Sus dos obras más famosas, Guerra y Paz y Ana Karénina, están consideradas como la cúspide del realismo.
Sus ideas sobre la «no violencia activa», expresadas en libros como El reino de Dios está en vosotros, tuvieron un profundo impacto en grandes personajes como Gandhi y Martin Luther King.

El puente roto ~ Phillip Pullman

15.1.13


Título original: The Broken Bridge
Serie: Libro único
Editorial: Ediciones B, 2009
Páginas: 248
ISBN: 9788466640206
Una historia sobre la búsqueda de la identidad

Ginny y su padre forman una familia poco común, pero muy unida: son como amigos, casi dos hermanos. Es verano y Ginny tiene tiempo para estar con sus amigos, trabajar un par de horas en la cafetería del pueblo y disfrutar de sus dieciséis años. La vida transcurre con amabilidad, pero el descubrimiento de un secreto familiar está a punto de desmatelar todo cuanto Ginny daba por sentado.

Sobre el autor

Phillip Pullman es un prestigioso autor que ha recibido el aplauso tanto del público adulto como de los lectores más jóvenes. En reconocimiento a sus obras y trayectoria literaria, ha sido galardonado con numerosos premios: Carnegie Medal, Guardian Fiction Prize, Publishers Weekly Best Book of the Year y otros muchos.


No sé qué esperaba de este libro. La portada no me llamó en un principio, fue cuando leí la sinopsis que decidí traérmelo a casa. Me enfrenté al autor sin haber leído La brújula dorada, su obra más reconocida, así que me dije "vamos allá sin más"...

Comentario personal

El puente roto es una novela bastante extraña. Me explico. Tenemos a nuestra protagonista, Ginny, una muchacha mulata que vive con su padre blanco y que tiene muchas preguntas existenciales. Es artista y está tratando de descifrar si debe pintar como negra o como blanca. Está intentando definirse. Sin embargo, antes de que lo consiga, una verdad que su padre había ocultado durante años sale a la luz, y ya nada es lo mismo. No puede fiarse de nadie. 

Al principio pensaba que la novela trataría sobre la aceptación de esta verdad por parte de Ginny. Sin embargo, fui encontrando una variedad de temas que, a mi parecer, el autor no ha sabido tratar. O, más bien, no ha sabido hilvanar con el resto de la trama. 

Tenemos, por un lado, la búsqueda de identidad de Ginny, que hasta el final se resuelve (y ni siquiera de buena manera). Hallamos racismo, encarnado por algunos personajes vinculados a la protagonista, y del que se dan pincelazos en ciertos momentos álgidos, pero que resulta inverosímil. Tenemos a una madre desconocida, a la que Ginny perdió cuando era un bebé, alguien que parece tener importancia en su vida sólo por ser artista, como ella. En fin, el autor nos presenta diversos temas… pero no resuelve ninguno como corresponde. O si los resuelve, pone un parche en la herida y ya está, ¡problema solucionado! Lo que me ha cabreado sobremanera.

El padre de Ginny es un cero a la izquierda. Sí, lo pintan como un buen padre, que ayuda a la hija, que es su apoyo, bla bla bla, pero cuando llega la hora de la verdad, el hombre es un cobarde de pies a cabeza y con suerte puede mirar a su hija a los ojos. No lo niego, tiene sus razones; sin embargo, hombre grande es igual a pantalones bien puestos… en la mayoría de los casos (lo que según mi criterio no ocurre acá).

Además del padre, conocemos a Rhiannon, amiga de Ginny, quien también descubrirá un secreto familiar que involucrará a esta última; y a Andy, amigo también, aunque nuestra protagonista le hace ojitos cada de vez en cuando. Los abuelos paternos, con casi nula presencia en la historia, aparecen sólo para desconcertar al lector.

La narración es buena y tiene un ritmo adecuado, con un vocabulario claro y frases directas, pero eso no consiguió engancharme. Ginny como personaje está bastante bien, es su entorno el que me dejó insatisfecha.

Como curiosidad, si no me lo hubieran dicho, no hubiera creído que Ginny tenía dieciséis. La literatura juvenil nos tiene acostumbrados a protagonistas de esa edad que son mucho más maduras, con más responsabilidad y que casi salvan el mundo. Ésta es mucho más normalita, lo que por una parte se agradece, pero por otro genera todo tipo de suspicacias.

Conclusión

El libro entretiene sólo durante la primera mitad. Después, con la aparición del vudú y temas como la homosexualidad y el abandono, Phillip Pullman lo único que logra es que la historia deslustre y se convierta casi en una comedia, en vez del drama familiar que había planteado en un principio.

Es ese cambio tan drástico el que le baja el nivel a El puente roto. Además, al final las intenciones del autor no quedan claras. No sabemos qué pretende enseñarnos con la historia de Ginny. Y “la búsqueda de la identidad” seguirá siendo eso… una búsqueda.

Valoración: 3/10

Rastro ~ Maggie Stiefvater

18.8.12

Edición: SM, 2010
Páginas: 425
ISBN: 9788467543643

Por más que lo desees es imposible detener el tiempo: pasa y lo cambia todo.
Y lo malo es que te arrastra consigo.

El invierno ha acabado. Para algunos es una época de cambios. De transformaciones.
Pero sólo para algunos. Sam sigue siendo Sam. Cole sigue siendo Cole. Isabel no sabe lo que quiere, pero sigue siendo quién es. Sólo Grace no está a gusto en su propia piel.
Primavera: una estación de historias que empiezan y de otras que terminan. De despedidas. De abandonos.

Pero todo abandono deja un rastro.

Sobre la autora

Remítanse a la página de la autora (otra vez) si desean conocer más de su obra. SM sólo publica una carta de agradecimiento de parte de ella en las páginas finales, pero no sabemos cuántos perros tiene, o si su gato se comió al canario.


[Esta reseña pudiera contener spoilers de Temblor.]

No, no y no, señora Stiefvater. No puede presentarme un personaje maravilloso en su primera novela, y luego deslustrarlo hasta que parezca un muñeco de trapo maloliente. No puede introducir a otro personaje, ponerlo como protagonista, y a la mitad de la historia dejarlo como un secundario más. No, señora Stiefvater. Eso no se hace.

Es esa manía que padecen algunos escritores de éxito, ¿eh? ¿Alargar tramas hasta que el elástico se rompe?

No lo creo. Pero de que se parecen, al menos en este caso, sí. Bastante. ¿Habrá cura? Tendremos que comprobarlo en el tercer libro. Por ahora, le hincaré el diente a éste, que necesito desquitarme.

Comentario personal

En mi opinión, el final de Temblor cerraba bastante bien la historia de Grace y Sam. Sin embargo, la autora se ha valido de las circunstancias de la protagonista para alargar el cuento.

Podría perdonarle aquel subterfugio. Después de todo, ciertos puntos no quedaron lo suficientemente claros, así que era más que probable que acabara usándolos para continuar la historia. Lo que deriva de ese argumento es lo que ha acabado mal. Porque la autora decide darles más presencia a los secundarios, y es allí donde comienza el entuerto.

Los padres de Grace han hecho crujir mis dientes. Por favor, ¡si jamás le prestaban atención a su hija! Y a la Stiefvater le da por dotarlos —por fin y desafortunadamente— de sentido común, uno bastante retorcido, pero común al fin y al cabo. Sentido común que no viene al caso; peor, es ridículo.

Nuestro amable y tierno Sam sufre una profunda transformación, y acaba convirtiéndose en un pelele incapaz de tomar decisiones, temeroso y lleno de infantilismos, para nada parecido al Sam de Temblor, quien estaba dispuesto a todo para estar con Grace. Este retroceso no tiene justificación.

También debo mencionar a Cole, uno de los nuevos lobos de la manada, que empieza teniendo potencial y que acaba siendo un secundario más. Tiene una personalidad impulsiva, algo que podría dar más juego —tal vez en el último libro— pero acá no me terminó de gustar.

La que sí me ha encantado ha sido Isabel. Cogiendo más protagonismo (entre comillas, que tampoco es para tanto), sus comentarios irónicos y sus verdades sin pelos en la lengua se agradecen y hacen más llevadera la historia. También Grace evoluciona, aunque no agrada tanto como Isabel.

El ritmo tortuoso sólo retrasa un final que conduce a un punto muerto, y que poco sorprende.

La edición sigue siendo preciosa, y es el único motivo por el que no he aporreado el libro contra la mesa. Sí he perdido unos cuantos cabellos, y me duele un poco la frente de tantos cabezazos que he dado contra la pared. Que la desesperación no es buena, ¡no, señores!

Conclusión

Del delicado sentimentalismo de Temblor, pasamos a una novela más bien plana, sin grandes aportes. No hay risas, no hay llanto. Se han perdido los puntos fuertes de la primera parte. Rastro se convierte en una novela más, totalmente prescindible, que aporta nada a la historia de Sam y Grace.

Sin acción, sólo se sustenta en sus personajes que no destacan. Son simples voces, narradoras de una historia que no tiene suficiente peso, que no convence y no encanta.

Veremos si la tercera parte logra engancharme otra vez.

Valoración: 3/10