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Los primeros días de enero de cada año, miles de lectores recurren a la red social Goodreads para inscribirse en el Reading Challenge, un desafío en el que definimos la cantidad de lecturas del año en curso, y que nos persigue cada vez que entramos a GR (algunos somos tan masoquistas que incluso ponemos el gadget en el blog).
Decidir qué cantidad fijar es fácil para algunos. Para otros, requiere analizar varios aspectos. Yo pertenezco a este último grupo, que debe poner en la balanza el trabajo versus mi hobby (y cómo me duele tener que hacerlo); no obstante, este año he acusado mucho más lo que significa ponerse una meta de lectura… y la presión que conlleva.
Sí, participo en retos. Sí, me gusta desafiarme. Sí, no le temo a fracasar en ello. Y, sin embargo, el reto de Goodreads me estresa. ¡Sí, me estresa! Al analizarlo, veo que la principal razón tiene que ver con mis nuevos hábitos lectores. Vamos cambiando nuestras costumbres lectoras con el tiempo, no leemos igual a los 10, 15 o 20 años. En mi caso, que me acerco a los 30 (no temo decirlo), las responsabilidades no son las mismas, la concentración no es la misma, el interés no es el mismo. Vamos evolucionando, y nos acomodamos a las exigencias cotidianas, a veces de formas que no nos gustaría.
Creo que ya he comentado en otras ocasiones en este espacio que he cambiado radicalmente mi forma de leer, y eso no me gusta. Principalmente, porque aunque cantidad no es calidad, sí resiento leer un libro al mes, cuando antes leía 4, y mucho antes leía 20. Siento que la vida se come mi tiempo, y que una pasión, la lectura, queda relegada aunque yo no lo quiera. Ya no me concentro, y cuento con pequeños espacios antes de ir a dormir, el peor momento para leer en mi caso, pues es donde me baja el cansancio y mi mente ya está procesando los pendientes del día siguiente.
Pero aunque el Goodreads Reading Challengue me extresa… también me motiva. Me dice que no me rinda, que trate de leer todo lo que pueda, aunque no llegue a mi meta autoimpuesta. Me dice que no permita que mis deberes dominen mi vida, que hay tiempo para todo, que el trabajo no debe ser todo.
Así que sí, mi relación de amor-odio con el Goodreads Reading Challengue seguirá este año, aunque se me atragante allá por diciembre.
¿Alguna recomendación para una persona como yo, a la que le encanta ponerse retos, angustiarse, no cumplirlos, y que al final enfrente a la vida como venga?