The Invisible Life of Addie LaRue · V.E. Schwab
Autoconclusivo
Umbriel · 2020
504 páginas
ISBN 9788416517374
Una vida que nadie recuerda.
Una historia que nunca olvidarás.
Francia, 1714. En un momento de desesperación, una joven hace un pacto faustiano para conseguir una vida infinita. ¿Cuál es el precio que deberá pagar para vivir eternamente? El olvido. Todas y cada una de las personas que conoce la terminarán olvidando.
Así es cómo comienza la extraordinaria vida de Addie LaRue; una vida que atraviesa siglos y continentes, una vida que atraviesa la historia y el arte, en la que ella intenta comprender hasta dónde será capaz de llegar con tal de dejar su marca en el mundo.
Sin embargo, todo cambia cuando, después de 300 años, Addie conoce a un hombre en una librería. Pero hay algo más… él es la única persona que recuerda su nombre.
Comentario personal
Tengo sentimientos encontrados con este libro. Por eso me siento indecisa a la hora de puntuarlo. Verán, algo que no perdono en un libro es que me haga caer en un bloqueo lector. Y, lamentablemente, La vida invisible de Addie LaRue estuvo a punto de hacerlo debido a sus primeras 250 páginas.
La razón es sencilla. He estado revisando vídeos y artículos sobre la construcción de una historia (me encuentro trabajando en mi propio proyecto de escritura), y algo en lo que todo entendido y amateur suelen coincidir hasta el momento es que, en una novela, cada palabra, cada capítulo, cada diálogo, debe tener una razón. Debe gatillar algo, impulsar la trama a costa de “conflictos” para así atrapar la atención del lector. Nada puede sobrar; si lo hace muy probablemente debe ser desechado. Por eso muchos autores escriben 3, 4, 5 borradores, hasta que tienen la historia que llega a manos del editor y el corrector; entre tanto, habrán reescrito múltiples veces escenas y capítulos enteros. ¿Por qué? Porque un libro es efímero. Tiene un principio y un final. Debemos construir una historia con un puñado de palabras, y sólo tenemos una oportunidad.
¿Qué es una persona, sino las huellas que deja?
Pues bien, La vida invisible de Addie LaRue parte muy bien, no lo niego. Como personaje, Addie es encantadora: una chica que vive una vida equivocada en una época equivocada. Es una soñadora y anhela descubrir el mundo más que nada; la atrae la posibilidad de asombrarse y encantarse con lo que este tiene para ofrecer. Pero está condenada a roles que, en el siglo XVIII, son como camisas de fuerza: esposa, madre. Roles que no desea, que jamás le permitirán cumplir sus sueños. Y Addie, desesperada por escapar, comete un error. Hace un trato con un ser ancestral que no tiene reparos en lanzarle una maldición cuyas condiciones ella irá descubriendo con dolor, con tristeza, con resignación. Una de ellas, la más dolorosa, será no ser recordada. Y una persona incapaz de dejar huellas tras de sí, no existe.
La novela alterna capítulos que nos cuentan la vida de Addie en el pasado, casi como un diario de vida del tiempo en que tarda en descubrir los límites de su maldición y las pequeñas grietas donde puede eludirla, y otros en el presente, una cinta en alta definición que transcurre inexorablemente hacia un final que redefine la importancia de apreciar cada segundo de nuestras vidas. Son 500 páginas en las que se explora con ahínco el peso del tiempo, el valor de la familia, y cómo somos capaces de dejar una marca en el mundo, una muesca que evidencie que estuvimos aquí, y que incluso al marcharnos, nuestra existencia tuvo un propósito.
Pero la pena se ha desvanecido, ha sido reemplazada por una rabia obstinada, y ella decide avivarla, proteger y alimentar la llama hasta que haga falta mucho más que un solo aliento para extinguirla.
La vida invisible de Addie LaRue es una novela extremadamente interiorista, a veces redundante en sus ideas (por lo general la autora repite muchos conceptos y palabras), y
quizá este continuo deambular en círculos es lo que le quita dinamismo a la historia. A veces el uso del lenguaje es acertado; otros, se siente más como relleno. Lamentablemente la autora se dedica más a contar que a mostrar, y eso le pasa la cuenta a gran parte de la novela. Esas 250 páginas iniciales fueron una lucha, y en un momento me planteé abandonar.
Doscientas cincuenta páginas para que un libro te entusiasme es demasiado.
Sólo gracias a un hecho que genera un quiebre en la trama Schwab fue capaz de capturar nuevamente mi atención. (No un plot twist, porque lo vemos venir desde el principio). Desde allí, confieso, la lectura fue viento en popa. También desde aquel punto la figura de este ser oscuro, un diablo en toda regla, coge mayor relevancia: deja de ser una caricatura y construye su propia personalidad. Su interacción con el resto de los personajes es el perfecto contrapunto de la bucólica cotidianeidad de la vida de Addie, que por momentos parece tragarnos con situaciones perfectamente olvidables. (Tantos, tantos detalles… Por momentos me parecía estar leyendo una guía de viajes, especialmente todo lo relacionado a Nueva York. Entiendo el propósito de la autora, pero de todas maneras se siente exagerado y contraproducente).
Pasado el ecuador, comienza una carrera contrareloj que, en un libro sobre una persona que tiene todo el tiempo del mundo, resulta sobrecogedor. Y eso fue lo que consiguió atraparme, y lo que me tuvo con un nudo en la garganta durante las últimas páginas. La historia del deuteragonista me encantó. Para algunos puede resultar cliché, demasiado dramática incluso, pero hay algo preciosamente frágil sobre una persona que se siente perdida. ¿Cómo encuentra su lugar? ¿Consigue habituarse a él? ¿O se rinde antes de siquiera intentarlo?
Por supuesto, el final también está a la altura de esta protagonista tan peculiar: el carácter indómito de Addie sale a flote en todo su esplendor; cerramos el libro con el corazón apretado, pero con un fuerte sentimiento de satisfacción y dicha. Una oportunidad. Una promesa. Un final espectacular.
En resumen, puedo decir que este libro no es para todos. Además, mucho tiene que ver con el momento en que se cruce en tu camino. Si buscas algo ágil, trepidante, no lo encontrarás acá. La historia de Addie es una infinita pausa en el tiempo, un nudo que jamás se desata, un deambular por las inhóspitas arenas de su congelada existencia. Puede que te enamore, si le das una oportunidad.
Encontraré el camino, o me lo abriré yo misma.