Título original: Splintered
Saga: Splintered #1 (de 2?)
Editorial: Oz, 2013
Páginas: 416
ISBN: 9788494112324
Sinopsis:
El País de las Maravillas existe.
A Alyssa Gardner las flores y los insectos le hablan. Teme que su destino sea acabar en un psiquiátrico, como su madre, pues una vena de locura recorre su familia desde tiempos de su antepasada Alicia, la niña que inspiró el País de las Maravillas de Lewis Carroll.
Pero ¿y si los susurros de las flores no son alucinaciones? ¿Y si el País de las Maravillas existe y la está llamando?
Alyssa descenderá por la madriguera del conejo hacia un mundo mágico, pero también despiadado. Durante su increíble aventura, tendrá que decidir en quién confiar: en Jeb, su mejor amigo, por el que siempre se ha sentido atraída, o en el fascinante y seductor Morfeo, su guía en el País de las Maravillas y con el que lleva soñando desde que era niña.
'Splintered' había estado en mi lista de deseos durante un par de meses cuando leí una noticia que me hizo sonreír: Oz, una editorial naciente, lo incluía entre sus primeras publicaciones. Así que me dije que apenas saliera lo conseguiría, costara lo que costara. Pues bien, Booky hizo su trabajo, y aquí está: consiguió llegar hasta el fin del mundo.
Comentario personal
Con las dos Alicias en el cuerpo (y esa portada espectacular) podía pasar cualquier cosa con este libro. Cualquiera. Pero debo comentar, con cierta sorpresa, que me ha gustado mucho.
La idea general parte de que los descendientes de Alice Liddell (la niña que inspiró a Carroll para escribir ‘El país de las maravillas’) están malditos. Alyssa Gardner es la tataratataranieta, y como sus antepasadas, lucha contra los susurros de plantas e insectos, tratando de pasar desapercibida para que no la internen en una clínica psiquiátrica como a su madre, quien se volvió loca por culpa de la maldición. Su abuela murió afectada por la misma locura. Por ello, Alyssa teme su destino.
Sin embargo, cuando descubre que su padre ha firmado la autorización para que sometan a su madre, Alison, a un tratamiento de electrochoques, Alyssa se lanza de cabeza a tratar de romper la maldición. No puede permitir que le frían la cabeza.
El planteamiento era entusiasta. Sin embargo, me hallé con un problema al comenzar a leer, un bache que no esperaba: me costó ‘creer’ el universo que la autora había creado por culpa de todos los prólogos, epílogos, webs, etc., etc., que había leído para documentarme sobre Alicia y Lewis Carroll. ¡Qué mala jugada! Las ‘Alicias’ estaban demasiado frescas en mi cabeza. No obstante, pasadas unas cincuenta páginas conseguí sobreponerme y pude empezar a disfrutar de la lectura.
Alyssa me ha resultado simpática. Si tuviese que describirla en una frase, diría que es una persona para la que el fin justifica los medios. Sin embargo, su compasión y su bondad la diferencian de otro personaje que puede ser descrito con el mismo dicho. Me ha parecido muy humana, con titubeos acertados ―y no exagerados, como en otras protagonistas innombrables―, además de un carácter consecuente con sus vivencias.
Sin embargo, quien se roba la película es un personaje oscuro, sin escrúpulos y francamente seductor: Morfeo. Él es la estrella, el personaje de los tejemanejes en las sombras, atractivo pero peligroso. Me ha gustado lo que ha hecho la autora con él. No es un personaje sanguinario pero tampoco es un santurrón; su ambigüedad ―que tiñe más hacia lo negro que lo blanco― está envuelta en misterio y en secretos.
Por eso, cuando comparamos a Morfeo con Jeb, el amigo de Alyssa, este último sale mal parado: Jeb nos queda debiendo más protagonismo. A pesar de que en la sinopsis él se plantea como la última arista del triángulo ―amoroso o no, eso tienen que descubrirlo ustedes―, le falta bastante para hacerle el peso a Morfeo y Alyssa. Sin embargo, eso no significa que sea un mal personaje; su historia es potente, y podría sacársele más provecho en la continuación.
Otros personajes que también quedan debiendo son las reinas y el gato, pues hay tramas asociadas a ellos que no se profundizan lo suficiente. Al igual que con Jeb, espero que la segunda parte permita una mayor presencia de personajes carrollianos, con el toque de la autora, por supuesto.
Ahora bien, debe quedar claro que la ambientación de este libro no sólo es alocada como la de ‘El país de las maravillas’, sino también mucho más tenebrosa. El mundo que ha creado A. G. Howard está lleno de descripciones que ponen la piel de gallina, y que fácilmente podrían ser el telón de una historia de suspenso o terror. Esto causó que leyera la novela de un tirón, casi sin descanso, absorbida por la trama y los escenarios. Sin embargo, le faltó un poquito más de la Alicia original, ese juego infantil y desquiciado del mundo creado por Carroll.
El final me pareció un tanto precipitado, aunque da mucho que pensar. La historia queda abierta a muchas posibilidades, así que considero que Howard puede sorprendernos para bien o para mal en un futuro.
Conclusión
Una premisa interesante, una buena narrativa, personajes atractivos y Morfeo hacen de ‘Susurros’ una lectura entretenida; a pesar de tener ciertos ‘detallitos’, es una novela sólida, con una protagonista para nada sosa y un protagonista-antagonista (que no me decido) espectacular. Usar como referencia un clásico de todos los tiempos es bastante arriesgado, pero Howard ha sabido contar su historia con humildad y buen tino, con un aire fresco y juvenil que se agradece. Definitivamente, una lectura recomendada para quienes gustan del País de las Maravillas y un poquito de sangre.
Valoración: 8/10
Sobre la autora
A. G. Howard escribió 'Susurros' mientras trabajaba en la biblioteca de una escuela. Siempre se había preguntado qué habría sucedido si la sutil oscuridad de 'Alicia en el País de las Maravillas' hubiera tenido más protagonismo en la historia de Carroll.
Cuando no está escribiendo, a A. G. le gusta leer, patinar, cuidar el jardín y visitar cementerios del siglo XVIII o escuelas abandonadas, para apaciguar a sus impacientes musas.
'Unhinged', la continuación de 'Susurros', será publicado el 7 de enero de 2014. ¡A armarse de paciencia!
