Sostuve la mirada de mi padre, que a veces parecía envejecer un poco más sólo con verme y recordar. Me levanté y le abracé en silencio. Él me estrechó contra sí con fuerza y, cuando rompió a llorar, la rabia y el dolor que había enterrado en su alma todos aquellos años empezaron a correr como sangre a borbotones. Supe entonces, sin poder explicarlo con certeza, que lenta e inexorablemente mi padre había empezado a morir.
Carlos Ruiz Zafón
Pues qué cita más desgarradora has escogido. A veces me dan ganas de darle un coscorrón a Daniel, por hacer sufrir tanto a su pobre padre.
ResponderEliminarDios, sufrí como una niña cuando llegué a tal cita.
ResponderEliminarYo tengo todo el libro lleno de post-it con citas lloronas, así que no te preocupes.
EliminarRuiz Zafón sabe hacernos llorar, ¿eh? Como que me da un poco de repelús.
Esas citas son las que te aterrizan a la realidad. Adoro el estilo de Ruiz Zafón.
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