Páginas: 487
ISBN: 9788427200005
Saltan chispas. Las llamas se propagan. El Capitolio quiere venganza.
Contra todo pronóstico, Katniss ha ganado los Juegos del Hambre. Es un milagro que ella y su compañero del Distrito 12, Peeta Mellark, sigan vivos. Katniss debería sentirse aliviada, incluso contenta, ya que, al fin y al cabo, ha regresado con su familia y su amigo de toda la vida, Gale. Sin embargo, nada es como a ella le gustaría. Gale guarda las distancias y Peeta le ha dado la espalda por completo. Además, se rumorea que existe una rebelión contra el Capitolio, una rebelión que Katniss y Peeta pueden haber ayudado a encender.
En En llamas, la segunda novela de la trilogía Los Juegos del Hambre, Suzanne Collins continúa la historia de Katniss Everdeen y la somete a pruebas todavía más difíciles, que logran sorprender continuamente a los lectores.
Sobre la autora
Suzanne Collins ha cosechado un rotundo éxito con la trilogía Los Juegos del Hambre, alcanzando los puestos más altos en las listas de los más vendidos en Estados Unidos y en todo el mundo. Ha recibido numerosas críticas positivas así como multitud de elogios y galardones. La serie ha sido traducida a más de 40 idiomas y en breve será llevada al cine. Suzanne Collins también es autora de la serie Gregor, que próximamente será publicada por editorial Molino.
[Esta reseña pudiera contener spoilers de Los juegos del hambre.]
Habiendo devorado el primer libro, me dije que Collins ya no podía sorprenderme. Me equivoqué. La sinopsis tenía razón. Y estoy contentísima por ello.
Los juegos del hambre cerraba, en cierta forma, la historia de Katniss, y nos permitía tomar un buen soplo de aire antes de sumergirnos en En llamas. Con suerte pude respirar, porque el segundo tomo de la trilogía no nos permite desprendernos de él, y nos obliga a tener a mano Sinsajo para poder dormir tranquilos.
Los juegos del hambre cerraba, en cierta forma, la historia de Katniss, y nos permitía tomar un buen soplo de aire antes de sumergirnos en En llamas. Con suerte pude respirar, porque el segundo tomo de la trilogía no nos permite desprendernos de él, y nos obliga a tener a mano Sinsajo para poder dormir tranquilos.
Comentario personal
No pensé que esta trilogía pudiera mejorar, pero lo hace. En llamas no es bueno. Es buenísimo. Me atrevo a decir que se convertirá en mi favorito. Es que Collins estaba decidida a dejarnos con la boca abierta en el tercer Vasallaje de los veinticinco, y para ello usa recursos que a cada página nos harán tirarnos del pelo preguntándonos qué diablos ocurrirá en la próxima.
Katniss y Peeta han regresado al Distrito 12. Sin embargo, no pueden olvidarse de su pasado como tributos y del drama amoroso que interpretaron para salvar sus vidas, pues deben partir a la Gira de la Victoria para ser alabados (repudiados) en cada uno de los Distritos y el Capitolio.
La Gira desencadenará eventos que ni la misma Katniss está preparada para afrontar.
Si nos mordíamos las uñas en Los juegos del hambre, En llamas será una carrera contra reloj dónde sólo los más astutos conseguirán sobrevivir.
Sí, es verdad que el esquema del primer libro se repite ―y eso pudiera parecerle manido a algunos―, pero no implica que la acción decaiga y nos aburramos. Al contrario. Sabemos en qué acaban siempre los juegos, y rogamos porque su vencedor no sea otro que nuestro personaje favorito.
La acción se va construyendo poco a poco. Los primeros capítulos son un mero aperitivo, sobre todo porque Katniss va recibiendo señales que delatan las consecuencias de su toma de decisiones. Me ha gustado esa sucesión de hechos, no todos de la misma envergadura, pero si necesarios para llevarnos al punto álgido de la historia. Collins sabe tirar los hilos, lo bastante para mantenernos en vilo, pero no demasiado como para que nos golpeemos la cabeza y nos preguntamos qué diablos está haciendo la autora. Nos remolca en un bote que, poco a poco, frase a frase, atraviesa aguas cada vez más turbulentas.
Los personajes están sublimes. Katniss, con su fuerza y determinación, también nos muestra su lado más vulnerable cuando es necesario, y lo mismo ocurre con Peeta. Se ve la huella que han dejado los Juegos en sus mentes.
La autora gusta de jugar con sus personajes, porque además de haberlos sometido a los Juegos mismos, ahora también hay, bajo la superficie, subterfugios psicológicos y emocionales que protagonistas y secundarios tendrán que enfrentar para poder seguir con vida. Este tira y afloja, donde el más inteligente manipula al otro a la perfección, es uno de los puntos fuertes del libro.
Conocemos a nuevas personalidades en los septuagésimo quintos Juegos del Hambre. Me quedo con Finnick, chispeante y pícaro, que nos saca risotadas, y Johanna, directa al hueso y reacia a los rodeos y sentimentalismos.
La narración, que no decae ―ayudada por el relato en tiempo presente―, nos permite empatizar con Katniss, a la vez que vivimos su regreso a casa, el reencuentro con Prim y su madre, y las posteriores repercusiones de sus acciones durante los Juegos. Atrapamos con pinzas las pistas que la autora nos lanza, y nos preparamos para lo que se avecina.
Katniss y Peeta han regresado al Distrito 12. Sin embargo, no pueden olvidarse de su pasado como tributos y del drama amoroso que interpretaron para salvar sus vidas, pues deben partir a la Gira de la Victoria para ser alabados (repudiados) en cada uno de los Distritos y el Capitolio.
La Gira desencadenará eventos que ni la misma Katniss está preparada para afrontar.
Si nos mordíamos las uñas en Los juegos del hambre, En llamas será una carrera contra reloj dónde sólo los más astutos conseguirán sobrevivir.
Sí, es verdad que el esquema del primer libro se repite ―y eso pudiera parecerle manido a algunos―, pero no implica que la acción decaiga y nos aburramos. Al contrario. Sabemos en qué acaban siempre los juegos, y rogamos porque su vencedor no sea otro que nuestro personaje favorito.
La acción se va construyendo poco a poco. Los primeros capítulos son un mero aperitivo, sobre todo porque Katniss va recibiendo señales que delatan las consecuencias de su toma de decisiones. Me ha gustado esa sucesión de hechos, no todos de la misma envergadura, pero si necesarios para llevarnos al punto álgido de la historia. Collins sabe tirar los hilos, lo bastante para mantenernos en vilo, pero no demasiado como para que nos golpeemos la cabeza y nos preguntamos qué diablos está haciendo la autora. Nos remolca en un bote que, poco a poco, frase a frase, atraviesa aguas cada vez más turbulentas.
Los personajes están sublimes. Katniss, con su fuerza y determinación, también nos muestra su lado más vulnerable cuando es necesario, y lo mismo ocurre con Peeta. Se ve la huella que han dejado los Juegos en sus mentes.
La autora gusta de jugar con sus personajes, porque además de haberlos sometido a los Juegos mismos, ahora también hay, bajo la superficie, subterfugios psicológicos y emocionales que protagonistas y secundarios tendrán que enfrentar para poder seguir con vida. Este tira y afloja, donde el más inteligente manipula al otro a la perfección, es uno de los puntos fuertes del libro.
Conocemos a nuevas personalidades en los septuagésimo quintos Juegos del Hambre. Me quedo con Finnick, chispeante y pícaro, que nos saca risotadas, y Johanna, directa al hueso y reacia a los rodeos y sentimentalismos.
La narración, que no decae ―ayudada por el relato en tiempo presente―, nos permite empatizar con Katniss, a la vez que vivimos su regreso a casa, el reencuentro con Prim y su madre, y las posteriores repercusiones de sus acciones durante los Juegos. Atrapamos con pinzas las pistas que la autora nos lanza, y nos preparamos para lo que se avecina.
Conclusión
Lo suficientemente sangriento como para no dejarnos olvidar a qué trilogía pertenece, pero también emocional y reflexivo, En llamas es el punto medio ideal en la historia de Katniss y compañía.
Suzanne Collins ha creado unas novelas tan llenas de vida y de muerte que nos parecen reales. Esta sensación, la de un mundo postapocalíptico inminente, es la que nos pone la piel de gallina, y genera una adicción difícil de sobrellevar.
Quien no haya leído Los juegos del hambre, y su continuación En llamas, ¡que los consiga AHORA YA!
Muy bien. Esperaremos entonces a que su adaptación a la pantalla grande esté a su altura!
ResponderEliminarCon que le pise los talones quedo satisfecha, porque para qué estamos con cosas... El libro te hace alucinar.
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