Serie: Libro único
Edición: Debolsillo, 2013
Páginas: 544
ISBN: 9788490322048
Sinopsis:
haiku (俳句): poema japonés de diecisiete sílabas; destello fugaz que nos muestra la esencia de las cosas.
Nagasaki, Agosto de 1945: Kazuo, un muchacho occidental afincado en Japón, y Junko, la bella hija de una diseñadora de arreglos florales, han acordado encontrarse en una colina para sellar su amor adolescente con un haiku que esconde un secreto sobre su relación. Minutos antes de que llegue la hora de la cita, la bomba atómica convierte la ciudad en el peor de los infiernos.
Tokio, Agosto de 2010: Emilian Zäch, un arquitecto suizo, asesor de Naciones Unidas y defensor de la energía nuclear, cuya vida está desmoronándose, conoce a una galerista de arte japonesa obsesionada con encontrar al antiguo amor de un familiar.
A través de estas dos historias paralelas y de su sorprendente encuentro final, Andrés Pascual teje una conmovedora trama sobre la importancia de asimilar las tragedias del pasado para afrontar los retos del presente y escribir nuestro propio destino. Un estremecedor canto a la paz, la espiritualidad y el amor.
Comentario personal
La mitad de esta novela está ambientada durante la Segunda Guerra Mundial. Teniendo eso claro, me preparé con pañuelos desechables, un cojín para apretujar y mi corazón de piedra. Y si a ese contexto le sumamos que se centra específicamente en el ataque a Nagasaki con la bomba atómica, tenemos un libro que conmoverá hasta al más insensible.Pero… Sí, hay un pero. ¿Cuál es? Tiene nombre y apellido. Emilian Zäch.
Pensé que iba a llorar como una condenada con este libro. El que fuera un pequeño tocho sólo me daba más esperanzas: disfrutaría la historia como nunca y cerraría el libro con mi alma en vilo. No. Lisa y llanamente no ocurrió. O sea, sí, lloré, pero Emilian estuvo a punto de arruinarlo todo.
Como menciona la sinopsis, la historia tiene dos líneas temporales. La primera es el ataque a Nagasaki desde la perspectiva de Kazuo, y la segunda ocurre en la actualidad, siguiendo los pasos del susodicho Emilian, un arquitecto suizo bastante infantil para tener casi cuarenta años.
—Qué triste… —acertó a decir Kazuo.
—Es un haiku de muerte.
—¿De muerte?
—Mi madre lo llama el destello del último instante.
—Es un haiku de muerte.
—¿De muerte?
—Mi madre lo llama el destello del último instante.
No tengo nada de qué quejarme sobre la historia de Kazuo. Es un personaje con el que empatizamos fácilmente. Sufrimos con él, lo consolamos y mantenemos la esperanza de que todo le irá bien. Porque éste es un libro en el que prima la esperanza. Es la esperanza la que insufla energía y voluntad a Kazuo y a otros personajes. La esperanza de reunir a dos personas separadas por una tragedia y por el tiempo.
Toda la trama de Kazuo es impactante. Se nota la detallada investigación que realizó el autor para escribir esa parte, ya que leemos sobre la caída de la bomba y la posterior destrucción como si hubiésemos estado allí. También conocemos sobre la cultura japonesa, lo que sumado a lo anterior, transforma la historia en un relato prácticamente verosímil y que roza los límites de la ficción.
Si la novela se hubiera centrado sólo en esto, y si hubiéramos seguido sólo a Mei en su búsqueda de Kazuo, ‘El haiku de las palabras perdidas’ sería ÉPICO (sí, con mayúsculas). No obstante, apareció en escena Emilian Zäch, y me encontré rodando los ojos, aparcando el libro, mirándolo de reojo, sacando la vuelta para no leerlo, etc. Aquí se demuestra que los personajes son muy, pero muy importantes, y que también de ellos depende que nos sintamos a gusto con lo que estamos leyendo.
Emilian es el típico personaje superficial, infantil y egoísta que, en esta clase de libro, desentona de una manera espectacular. Es común encontrar a alguien como él en un libro juvenil, y fue una puñalada en la espalda hallarlo en una historia sobre la bomba de Nagasaki. Me dolió aún más considerando que es un urbanista (mi área favorita de la arquitectura) de casi cuatro décadas.
Otra vez no...
¿Otro paracaídas?
¿Otra bomba?
¿Otro paracaídas?
¿Otra bomba?
Ahora bien, las historias de Kazuo y Junko, y de Emilian y Mei me causaron emociones opuestas. La primera es conmovedora y conseguí conectar muy bien con ella (a pesar de plantear una relación tan profunda entre pre-adolescentes, se entiende por el contexto y lo que ocurrió). Sin embargo, la de Emilian y Mei me dejó fría. Si Emilian fue un personaje insoportable, Mei tampoco ayudó mucho con sus tira y afloja, y su secretismo.
Vamos a echarles a ellos la culpa de que la novela saltara entre un ritmo absorbente y uno repelente. Sin embargo, no puedo dejar de destacar las páginas finales, cuando las historias se juntan y donde mis conductos lacrimales explotaron. Es allí cuando la búsqueda se acaba, cuando el misterio se aclara y el haiku perdido vuelve a la vida.
Conclusión
La mitad de ‘El haiku de las palabras perdidas’ se ha robado mi corazón. Es la historia de un chico extranjero en un país en guerra, de un chico que ha puesto su esperanza en una chica, y que ni siquiera una bomba atómica consigue destruir. Es una historia sobre la esperanza, la fe y la confianza en los seres humanos. Sobre la espera y sobre el recuerdo.Sin embargo, esa mitad maravillosa se ve disminuida por la otra cara de la moneda, representada por personajes anodinos y una historia (que se supone ‘de amor’) más fría que un cubo de hielo.
Sobre el autor
Andrés Pascual (Logroño, 1969) ejerce como abogado desde hace veinte años. Es coordinador del Aula de Cultura de Vocento en La Rioja y colabora en radio con una sección sobre los viajes que ha hecho alrededor del mundo. Gran amante de la música, ha formado parte de varias bandas de rock como cantante y pianista. Su primera novela, El guardián de la flor de loto (2007), emocionó a más de cien mil lectores en España y se tradujo a varios idiomas. Con sus obras posteriores, El compositor de tormentas (2009, finalista del VIII Premio de Novela Ciudad de Torrevieja) y El haiku de las palabras perdidas (2011), ha consolidado su carrera y su proyección internacional.
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Yo que ando siendo muy fan de todo lo japonés (bueno desde hace años soy asi) pero la verdad no me llama mucho la atencion
ResponderEliminarHolaaa!
ResponderEliminarhe ido de a poco indagando en nuevos autores japoneses,
me gustó mucho la reseña! y lo apuntaré a mi lista un beso!
:D
Que conste que el autor no es japonés, pero le interesa mucho dicha cultura ;)
EliminarCreo nunca he leído nada similar, así que estaré pendiente para leerlo :D
ResponderEliminarBesos
Hola Barbi!
ResponderEliminarSe ve que el autor debe haber querido agregar contenido y volumen y ya no tenía más ideas para la segunda pareja. Una lástima la verdad. Me llama la atención porque soy un poco masoquista y me gusta sufrir con historia de esa época. Así que no sé, no descarto leerlo porque me llama la atención la historia.
Que andes bien.
Definitivamente dale una oportunidad. La parte histórica es una pasada, así que el libro no tiene desperdicio. Mientras "omitas" lo de la segunda pareja, estarás bien.
EliminarTengo ganas de leer este libro, podría gustarme...
ResponderEliminarUn beso :D
Hola! Yo lo he leído este verano y me pasó igual que a ti. La historia del pasado me llegó a lo más hondo de mi corazón pero la del presente me pareció sin sentido. Aún así me gustó mucho el libro y lo releería alguna vez.
ResponderEliminarUn saludo :)
http://librosyprejuicios.blogspot.com.es/
Es bueno saber que no soy la única decepcionada ;) Había leído reseñas extremadamente positivas, así que me extrañó hallar esos detalles.
EliminarLo tengo entre mis pendientes, creo que esta es la primera reseña que leo tan floja... (gracias por el aviso). Por cierto, me encanta tu blog, no lo conocía, te sigo! :)
ResponderEliminarSiempre es bueno tener en cuenta las buenas y las malas opiniones. Así uno tiene expectativas más realistas. Eso de esperar mucho de un libro es contraproducente en la mayoría de los casos.
EliminarMuchas gracias por seguirme.
Se ve muy interesante, había visto el libro en goodreads pero no lo tome en cuenta hasta que leí tu reseña así que quizás le de una oportunidad.
ResponderEliminarGracias por la reseña.
¡Un beso!